Este año nos ha hecho sufrir mucho menos que el curso pasado así que esperemos que las cosas sigan como hasta ahora y las renovaciones se vayan sucediendo hasta el infinito como si de Mubarak o de Luis Tejedor se tratase.
Ojo, la comparación viene por la longevidad en el cargo, no porque el eterno alcalde de El Prat sea un tirano o vaya a continuar hasta que su hijo pueda sucederlo comandando el que será último bastión de Iniciativa en todo el mundo.
Aquí podríamos debatir sobre si es bueno o no que el número de mandatos se limite. Digo donde hay votaciones porque los reyezuelos no se andan con esas manías.
Volviendo a lo del contrato de Pep, dirán los Anguelistas (dícese de los seguidores de las doctrinas de mi querido amigo Angue) que todo esto es un truco para ir renovando cada año y así ir incrementando sus emolumentos.
Por lo que a mí respecta, si sigue ganando, como si hay que hipotecar el Mini Estadi para pagarle las nóminas a él y al resto del organigrama técnico.
Siempre se había dicho que el dinero tenía que estar sobre el campo pero se está demostrando que eso no es suficiente sin una buena planificación en todos los ámbitos que rodean el fútbol.
También es cierto que si un año deja de ganar o simplemente se acaba el feeling (¿en qué unidad de medida se tasa ese producto?) pues no tienes más que esperar a que acabe la temporada, dar las gracias, una palmadita en la espalda y una insignia de oro y brillantes para darle puerta al técnico.
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