Joven, guapo y con dinero ...

... ¿qué más quieres Baldomero?
Tenía en mente escribir sobre el daltonismo que se traduce en la equipación que lucen los equipos de fútbol pero hago una pausa y entro con una noticia urgente.
He quedado esta mañana en estado de shock cuando escuchando la radio en el coche he oído las declaraciones de Cristiano Ronaldo relacionadas con la envidia que provoca debido a su belleza, su posesión de dinero y su capacidad futbolística.
Esto merece una disección cuidadosa.
Mi admiración por la forma de jugar del portugués ha sido plasmada en muchas ocasiones en este blog. Bien.
La entrada criminal en plancha es la de Pepe. Tal cual. Juego brusco grave y a la calle con el jugador. De acuerdo.
Lo de su belleza, incluso yo que soy tan hetero que no leo poesía puedo aceptarlo.
Pero lo que no hay forma de asimilar son las declaraciones sobre uno mismo. No es que el tipo no tenga abuela sino que en un radio de 10 kilómetros alrededor suyo, no pueden habitar las señoras con nietos/as.
Finiquitado este tema que va a provocar aún más chanzas y burlas sobre CR7, vamos con las camisetas.
¿Cómo se puede entender que si el equipo local viste de negro el Madrid renuncie a su tradicional blanco para vestirse de rojo? Un color bonito, sí, pero absurdo.
Si el Villarreal va de amarillo, ¿por qué renuncia el Bayern a su rojo y luce una indumentaria negra?
Cuando el Barça vaya a San Siro, ¿qué cojones se va a poner si su segunda equipación es negra? ¿Acaso no se asemeja más el negro al rossonero que el blaugrana? Supongo que habrá una tercera equipación por ahí oculta o si no, que jueguen con peto.
Por suerte esa moda aún no ha llegado al Clásico con mayúsculas pero temo que un corto espacio de tiempo cometan incluso ese sacrilegio. Dependerá del dinero que se ponga encima de la mesa.