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lunes, 15 de octubre de 2012

Las Ramblas verticales

Este fin de semana pasado hemos estado por el Montseny y aprovechando la proximidad hemos hecho una salida montañera. Siguiendo uno de los itinerarios propuestos por el hotel y como somos gente brava decidimos hacer el trecho entre Collformic y el Matagalls. Había otras más cortas, todas más llanas pero como he dicho siempre, sobran pelotas o el equivalente en féminas. Total que con aquello a tope de gente iniciamos la ascensión en alegre francachela. Después de que la Elsa alterne el caminar con el ir a cocoletas y que la Marina se porte como una jabata con su bastón, nos quedamos a una cierta distancia de coronar y enviamos a la Mónica a que sí llegue hasta la cruz desafiando a la niebla que sin ser muy densa, no acababa de escampar. Al llegar abajo debemos esperarla unos veinte minutos en el coche tras contestar ochenta veces a: Sí que triga la mama, No s'haurà fet mal la mama? Como no soy yo persona de dejar las cosas inconclusas, el domingo me levanto tempranito ya que el desayuno empieza a las 8 y soy el primero en acceder al restaurante un poco antes de esa hora. Sobre las 8 y media con los huevos revueltos, la tostada de mermelada y mantequilla, el zumo de naranja y el capuccino bailando en mi estómago inicio el ejercicio para ajustar cuentas con el citado Matagalls. Tiempo fresquito, visibilidad excelente y a subir. En el ascenso me cruzo con tres personas pero al descender y ya próximo al aparcamiento veo una horda de excursionistas que por lo visto van a participar en alguna marxa. Llego al coche en 1 hora 17 minutos porque en el tramo final antes de llegar a la cima, una cruz en otro pico me desorienta. Viendo el gentío, me planteo el porqué no hay personas paquistaníes vendiendo latas. Quizá se podría adaptar el negocio y en vez de cerveza ofrecer bebidas isotónicas. Puede que no sea factible ya que allí no hay alcantarillas donde esconder el producto aunque siempre podrían utilizar las cagadas de las vacas como recurso para el camuflaje. Ya puestos a poblar la montaña, se podría estudiar el montaje de unas escaleras mecánicas para disfrutar las vistas sin sudar ni padecer.

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