Mientras anoche hacía tiempo por los aledaños del Camp Nou, escuché por la radio que el "entendido" público de Mestalla estaba despidiendo a los suyos con una pañolada por el empate en casa contra el Zaragoza.
En un principio tenía intención de escribir que me había impactado pero pensándolo mejor y sobre todo viendo quiénes son los protagonistas lo dejaremos en que me parece ciertamente sorprendente.
El equipo che que había hecho un inicio de temporada pletórico, se presentó en Barcelona hace tres jornadas como líder e hizo una primera parte muy superior a la de los pupilos de Guardiola.
Sin duda el punto de inflexión en ese encuentro e incluso en la trayectoria de los de la ciudad propiedad de Rita Barberá es el posible dos a cero que Valdés le saca a Pablo Hernández en un disparo a bocajarro.
A partir de ahí los de Can Gürtel encadenan otra derrota en casa contra el Mallorca y el citado empate de anoche.
Una lástima para la competición -que no para mí porque les tengo un razonable asco- porque es mucho más sano que haya más equipos compitiendo que no que sea como el año pasado una contrarreloj entre los dos grandes y quien falle, pierda.
Del partido del Barça no destaco nada porque a estas alturas o cuando quiera que alguien lea esta entrada ya estará todo destacado.
Sólo quiero subrayar lo cansinos que son los jugadores azulgrana en la presión asfixiante, las palabras del profe Manzano y de paso aconsejar al Sevilla que se busque un segundo portero de garantías. No es necesario que le dispute el puesto al titular pero es que el tal Varas parecía que estaba boxeando más que despejando balones.
domingo, 31 de octubre de 2010
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