Suerte del chubasquero

Habrá quien piense que tampoco ha llovido tanto en el transcurso del Barça-Madrid y aunque eso sería opinable y que realmente no es agradable aguantar más de una hora sin moverse mientras te empapas, el verdadero servicio de mi conversión en Batman ha venido al evitar que el continuo babeo del partido me dejase perdido.
Cuesta definir las emociones de un encuentro que no ha tenido emoción. Todos los ingredientes futbolísticos lo han aportado los de Guardiola mientras que los de Mourinho se dedicaban a las provocaciones y el juego subterráneo para acabar con el enésima ida de olla de Sergio Ramos el que tira un penalty porque dice que se le resite el gol.
No debe saber ese muchacho que de aquí se fue un lateral como Reiziger sin catar las mieles del gol y que Eric Abidal lleva el mismo camino.
El caso es que Mourinho como bien preveíamos desde aquí ha sacado a su equipo de gala a falta de Higuaín que ha sido baja por una lumbalgia.
Eso sí, el planteamiento era como en otras visitas de todos bien apretaditos y que salgan volando a la contra los de arriba como auténticos puñales.
Pero para desgracia de ellos resulta que se ha convertido el lance en un monólogo y un rondo perpetuo por parte de los azulgrana mientras la defensa blanca hacía aguas como el PSC, el medio del campo se desinflaba como ERC y la delantera asustaba pero al final nada como PxC.
Como por la meseta gusta mucho el ningunear a los equipos a los que golean el rodillo barcelonista ahora habrá que ver si se escudarán en que los han pisoteado porque ellos han jugado muy mal y no porque los otros hayan sido los amos del choque.
Tan falso como que quieran inventarse alguna jugada como ya puedo leer que algo traman en un choque de Valdés y CR7.
Ya he visto un 5-0 en el Camp Nou con mi padre y otro con mi hermano. A ver quién me acompaña en el próximo.