Yo no tengo ninguna duda que el gesto tan fashion del Piqué poniendo los dos deditos de cada mano formando una V, debería ser en honor de las iniciales del portero azulgrana.
Sencillamente formidable y viendo cómo se encuentran en los últimos tiempos los guardametas que teóricamente copan las primeras posiciones del fútbol mundial como Julio César y Casillas podríamos asegurar sin ningún pudor que está en condiciones de codearse (pero codearse a Zamorana limpia) con los presuntos mejores del mundo.
El caso es que en tan comprometida posición, es habitual que se entre en una especie de rutina donde no se cuestiona la supremacía de uno u otro. De hecho, el otro día escuché que el Arsenal iba a repescar a Jens Lehmann a sus cuarenta y un añitos.
Bien es cierto que debemos tener en cuenta que a este lo ficha el iluminado Wenger y que en otras posiciones del campo se realizan fichajes galácticos como el ya conocido de Kaká.
Acabamos este rodeo para dar un par de pinceladas (aunque con mi habilidad para la pintura mejor sería utilizar otro símil) de la tarde-noche de ayer.
Primero la reflexión de si uno es más barcelonista que antimadridista ya que se alegra más de las derrotas ajenas que de las victorias propias.
Pues personalmente llegué a la conclusión de que esto sólo pasa porque lo primero se da en menos ocasiones que lo segundo.
O sea que sufrí unos minutos finales de infarto en el Bernabéu con el Madrid asediando el arco del portero que debería llamarse Juan Pablo III porque lo que hizo rozó también el milagrito.
Horas después, partido complicado en Vila-real para casi sentenciar la competición. Y eso de casi para no alborotar al guardiolismo porque van a acabar a quince puntos en cuanto los de Mou peguen un pinchazo fuera de casa.
Aunque no sea meritorio, quiero destacar que me gusta mucho el jugador amarillo Borja Valero que me recuerda a Iván de la Peña (sí, ése que cobra sin jugar y que debe estar a punto de que lo llame la inspección médica a ver qué pasa con su baja) al igual que me lo recuerda Thiago Alcántara el de los pases mirando al tendido.
Al paso que vamos, quizá el hijo de Mazinho deba ser titular en el clásico en Madrid para dar descanso a otros compañeros para la final de Copa.
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