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sábado, 17 de diciembre de 2011

BIEN ABRAHAM BIEN

Visitando ayer la página web (con el consiguiente erizamiento del vello de la nuca) de unos personajes que se dedican a hacer que presuntamente mejores en las técnicas de seducción y que se autodefinen como coaches, vamos a intentar aclarar algunos conceptos.
Para mí que los no explícitamente mencionados arriba confunden lo de coach como entrenador o motivador con couch que significa simplemente sofá.
Para entender esta entrada, vaya por delante mi escepticismo con respecto a la psicología. Sí creo en la psiquiatría pero no en la psicología.
En mi humilde opinión, si tienes un problema importante el primer recurso debe ser el hablarlo con un amigo y no con alguien que no conoces y al que encima le tienes que soltar un pastón para que te escuche un rato.
Al amigo, con un par de cervezas lo tienes listo y además se mojará dando opiniones de lo que cree que deberías hacer.
BAJA UN PIÑÓN, ABRAHAM
Si no tenemos ningún amigo, yo sugiero que por un precio más reducido que el del psicólogo, llamemos por teléfono a una línea de esas esotéricas que no te acertarán nada pero al menos hacen compañía y puede que incluso te eches unas risas.
VENGA, ABRAHAM, DE PIE YA HASTA LA CIMA
Si tampoco convenciese esta solución podríamos optar por el buscar un contacto vía internet.
Yo personalmente sería más partidario de enviar un SMS a Teletaxi TV que debería seguir un formato parecido al siguiente:
Chico (aquí vale un rango entre 18 y 78 años) busca madura rellenita (esto es el estándar pero podría verse modificado sin problema) para charlar un rato. Estad muy atentos con no incluír la frase "y lo que surja".
Tened en cuenta que un SMS tiene casi rango de ley y que puede ser tomado como un contrato como la servilleta de Messi así que debéis omitir esa parte a no ser que busquéis couching con u.
VAMOS ABRAHAM, A BLOQUE HASTA LA META
Aunque lo más probable es que no, quizá alguno se pregunte qué hacen esos misteriosos mensajes en mayúsculas.
Pues vienen a representar el megáfono aquel de las etapas contra-reloj donde el director de equipo iba dando instrucciones al ciclista ejerciendo de coach.
¿A que no sabéis qué corredor no necesitaba que nadie le estuviese taladrando el cerebro? Pues por ejemplo a Miguel Induráin.
Yo lo más parecido a esto que he visto y que suele ir vinculado es lo del entrenador personal que para darle más emoción le llaman personal trainer.
A mí me encanta salir a correr acompañado pero indudablemente no aguantaría ni cinco minutos a un tío a mi lado que me fuese diciendo lo que tengo que hacer en cada momento.
No llevo ni radio, voy a ir escuchando a alguien que me dé órdenes.

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