Parece cada vez más claro que la supremacía del fútbol mundial se la van a disputar Barça y Madrid en la liga doméstica con nombre de banco y en la competición europea.
Esta semana ambos conjuntos tienen un partido de Champions donde no alinearán a ningún titular ya que son matemáticamente primeros de sus respectivos grupos asegurándose así la vuelta en casa en la ronda de octavos de final.
Si una vez superado este trámite y ya en el Clásico se da el resultado más normal -que es victoria de los locales- la distancia de nueve puntos ya empezaría a rozar lo insalvable a falta de muchísimas jornadas.
Si por el contrario se da lo habitual durante las últimas campañas que es el 2 en la quiniela, todo quedaría mucho más apretadito.
Viendo el buen estado de forma del Madrid que hace que gran parte de los medios los den como favoritos, podríamos recordar que en la Supercopa de España llegaban como aviones y ante un Barça desfondado perdieron el primer título oficial.
Además, creo que se está extrapolando el momento fantástico de los blancos que ya dura unas cuantas semanas como si fuese a ser mantenido de manera indiscutible hasta el final de la temporada.
Como dicen para algunos de los productos que venden los ladrones de los bancos en letra bien pequeñita: Rendimientos pasados no garantizan de manera alguna los rendimientos futuros.
Y ahora, más de un mes sin ir al Camp Nou. Paso de ir el martes a ver a la potente escuadra bielorrusa igual que tampoco iré a ver la visita del Hospi antes del parón navideño con lo que ya habrá que esperar hasta mediados de enero para recibir al Betis.
Cambiando de partido (bueno, no cambiamos porque en realidad no he mencionado nada del encuentro de ayer contra el Levante), me gustaría destacar el acierto de un comentarista de TV3 que dijo que el Espanyol este año defendía muy bien las jugadas a pelota parada justo antes de que se botase el córner que significó el 2-1 final.
Y eso que ya se lo advirtió su compañero que lo que acababa de decir tenía un gran peligro.
Aplaudo desde aquí a los dos técnicos de ese choque.
Emery tiene al Valencia cómodamente tercero y con opciones de pasar de fase de Champions con una plantilla que ha sido descapitalizada año tras año con la venta de sus mejores jugadores. Pues aun así, es uno de esos tipos más que cuestionados.
Y a Pochettino no le tiembla el pulso ni un segundo en dejar fuera de la convocatoria a Romaric como castigo por llegar tarde a un par de entrenamientos por algo tan serio como quedarse dormido. Qué impresentable.
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