En ella se proclamó campeón el triatleta gallego Javier Gómez Noya. Y qué hizo para celebrarlo; ¿revolcarse por el suelo? ¿decir me lo merezco como Míchel? ¿saltar encima del público?
Pues no. Se quedó en la línea de meta aplaudiendo a sus rivales/compañeros de fatiga según iban completando el recorrido.
Eso es fair play. Después de la supremacía en la disciplina de otro gallego como Iván Raña, habrá qué estudiar si la ternera gallega es superior a las del resto del mundo.
Y esta tarde llega el debut de la roja. A la espera de editar esta entrada con el tiqui-taca de los de Aragonés, pronostico victoria holgada y a disparar la ilusión de la prensa aunque no se puedan vender periódicos por la huelga de transportistas.
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