Como diría el Comandante en Jefe de los Estados Unidos de América: Misión Cumplida.
Con un empate en un partido donde las tablas eran suficientes, el Barça se proclama campeón de liga por tercera vez consecutiva.
Para mí este es un triplete aún más importante que el que se consiguió en una misma temporada hace dos años.
La liga, la competición de la regularidad siempre premia al mejor, al que más duro ha luchado.
Si en competiciones cortas como la Champions elementos externos pueden ser determinantes, es mucho más difícil culpar (aunque se hace) a Villaratos para justificar un fracaso engendrado en 38 larguísimas fechas que dirían los argentinos.
Hoy se ha vuelto a ser campeón en el Ciutat de València con un gol de cabeza de un africano rememorando al Samuel Eto'o de hace unos años que acababa -también de cabeza- con la racha infernal de cinco años sin comernos una rosca.
Sólo la autocomplacencia y las farras nocturas impidieron que aquel equipo marcase una época.
Este ya la ha marcado poniéndose a tiro de Dream. A sólo una liga de empatar las cuatro que consiguió el equipo de Cruyff.
Diferencias hay a cientos pero me quedo en la autoridad con la que se han conseguido las de Guardiola aunque las de Tenerife fueron apoteósicas, me quedo con la comunión entre jugadores y cuerpo técnico aunque quien implantó este sistema de juego único en el mundo fue Johan.
Decía Pep ayer o anteayer que lo conseguido por el Dream Team no se podría igualar.
Es cierto, no se puede igualar porque ya se ha superado.
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