Mar y montaña

No es que ahora que el blog tiene un éxito descomunal con cosas de fútbol vayamos a cambiar la temática del mismo y pasar a dar la receta de un arroz (eso se lo dejamos al cocinero fiel que lo hace de maravilla) sino que vamos a mencionar la próxima carrera (llamarlo objetivo o reto me parece un poco grandilocuente) que ya está a tocar y que no es otra que la denominada Selva Marítima.
Lo de Selva viene por la comarca donde se lleva a cabo. No os asustéis. Lo de marítima, en un alarde de imaginación se puede comprender que es porque va cercana al mar.
Bueno, va tan cercana que se llega incluso a correr por la misma playa.
Habrá quien en principio y desconociendo la orografía de la zona (como yo mismo) no vea relación entre la playa y la montaña pero es que en el recorrido de Blanes a Tossa por camins de Ronda y de 25 kilómetros, se acumula un desnivel de 1.500 metros positivos.
Al ver los vídeos promocionales fue un flechazo lo que varios sentimos y ya os contaré si el enamoramiento acaba en boda o en un divorcio lanzándonos los trastos a la cabeza y sin volver a correr e incluso a hablar con el amigo Oscar que ha sido el incitador al lío.
La verdad es que tengo muchas ganas y a la vez no siento el miedo atenazante de la Marató. Aquí, como no somos montañeros, si hay que andar se anda y si hay que echar fotos, se echan.
Quizá envíe alguna con el móvil directamente al blog para que podáis ir haciendo un seguimiento pero ya veré.
Lo de llevar teléfono no es una frivolidad nuestra. Es una condición sine qua non de la organización para poder participar.
Y quien piense que la etapa es dura, que ahonde en lo que es la prueba extrema en sí que consta de dos etapas más de 55 kilómetros más ¡CADA UNA!

Ejem, y para quien no sea de leer la columna del Twitter y ahora que he dejado de tener la piel de gallina de la emoción, os informo que el sábado 28 estaré en Wembley para asistir a la final de la Champions. Joder, qué ilusión.