Como dijo Julio César, la suerte está echada.
Desde ayer al mediodía estoy inscrito en el sorteo para una entrada de la final de Champions.
Mi número es el 2875 así que si hay alguien pendiente del bombo y escucha un número bajito o muy alto puede intuir que veré la final.
No os preocupéis por cómo llegaría allí porque aunque sea voy nadando o robo una golondrina del puerto para hacer la travesía.
Dicen que el invento del chip para que el billete sea totalmente intransferible y evitar la reventa ha frenado a muchísima gente.
Pues que viva la UEFA porque ya está bien de mamoneos cuando hay tanta gente interesada que se queda sin la opción de ver la final para que otros se lucren de manera ilegal.
A ver si mañana cantamos ya el alirón y en las últimas jornadas de liga pueden descansar todos los que vayan a jugar en Roma.
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5 comentarios:
De acuerdo con tu opinión, pero ahora digo yo: te toca una entrada, y te viene un tío (llámese Pepe) con 1500 jeros en mano al que le da igual el chip, porque ese tipo de gente existe. ¿Aflorarían las dudas?
Hi!
Yo a pesar de que el barsa me pone muy nervioso y los quintos me hagan decir gilipolleces hasta el amanecer, no soy tan acérrimo como para no vender mi entrada por una buena pasta. Si el que escribe este blog dice que iría a la final aunque fuera pedaleando, entiendo que no la vendería por na. Y veo muy bien que las entradas sean personalizadas, que siempre hay gente que se apunta sólo pa sacar perras como hubiera hecho yo.
Campiolones next week.
Mi niño se ha roto....
Hombre, a mí me gustaría ir pero por 1500 leuros le pongo un bonito lazo y me compro una bici que te cagas.
Vendido...
No esperaba otra cosa, ya sé que tú sólo sientes los colores de tu empresa, al igual que el tal JL
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