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lunes, 17 de marzo de 2014

Marató de Barcelona 2014

Séptima participación personal en la competición barcelonesa si bien ha sido la primera en la que he corrido bajo pseudónimo. Un amigo que es asegurado de Zurich se apuntó por aquello de a ver si le entraban las ganas de preparar el evento y al final he sido yo el que he padecido los rigores maratonianos.
Al recoger el dorsal fui a incidencias para cambiar su código por el de mi chip ya que este año anunciaban que se podría seguir la prueba en vivo con la información del tiempo de paso por los distintos parciales. Como es habitual, no ha funcionado.
El caso es que el domingo, me planto en la línea de salida muy bien mental y muscularmente ya que no he abusado de tiradas largas en los entrenamientos con lo que no ha sido una preparación tan exigente como otros años.
Además, me propongo salir a un ritmo muy tranquilo por dos motivos:
1) va a hacer calor y
2) si sufro una fracción de lo que sufrí el año 2013, no volveré a correr una maratón de asfalto.
Mi objetivo mental es cruzar la media maratón en 1h 50'. ¿Y en cuánto la paso? Pues en 1h 50' que para eso soy un hombre de palabra. Puede que si me mentalizo en cruzarla en una horita acabe ganando la carrera. Lo pensaré de cara al año que viene.
Van cayendo los kilómetros y mi reducido pero entregado club de fans me va disparando en pos de la meta al lado de mi amigo Sergio con el que compartimos al principio tertulia y luego silencio hasta el kilómetro 37 donde le meto el hachazo definitivo (esto último es broma pero es para darle un aire como más de cima del Tour de Francia).
El tiempo final de 3 horas y 44 minutos me deja más que satisfecho sobre todo por el hecho de no haber tenido que parar a pesar de que en los últimos kilómetros la tentación es poderosa. Las pocas amenazas de rampa en los cuádriceps de la pierna izquierda son reprimidas como se arreglaban antes las teles, un par de puñetazos y a seguir rodando.
Ahora toca hacer un poco de running ficción.
A base de experimentar con mi propio cuerpo voy llegando a la conclusión que lo que marcará mi tiempo final es la primera media maratón o como mucho los primeros 25 o 30 primeros kilómetros. Ayer notaba que iba a un ritmo muy cómodo pero ¿qué hubiese pasado si le hubiera recortado cinco minutos al primer parcial? Puede que hubiese redundado directamente sobre el crono o puede que hubiese explotado.
Eso ya nunca lo sabremos. Lo que sí que sé es que al final iba igual de machacado muscularmente como si hubiese ido más rápido.
Hay mucha gente que estará echando la culpa de su marca al calor. Yo como esa excusa la uso para el frío no sería justo utilizarlo en esta ocasión. Eso sí, salí con una botella de powerade y mis padres me entregaron otra en el kilómetro 17 ya que beber en los vasitos de cartón es un drama.

lunes, 10 de marzo de 2014

Las líneas rojas de la línea azul

He participado en seis de las últimas siete ediciones de la Marató de Barcelona, cinco de ellas de forma consecutiva y he venido detectando una degradación progresiva en la atención al participante. Quizá el hecho culminante fue el trato del año pasado con el tema del guardarropa. Siete y pico de la mañana chispeando y resulta que habían decidido que al guardarropa se entraba ya cambiado y no podía uno guarecerse del agua. O sea, a cambiarse en la calle a diferencia de los años precedentes en los cuales podías estar sentado o tumbado tranquilamente en la moqueta del pabellón mientras tecambiabas y aplicabas la vaselina o te ponías el esparadrapo de rigor además de estar pasando los nervios en compañía de otros corredores. Ah, y lo de las esponjas fue de auténtica risa. Resulta que te la daban en la bolsa del corredor y tenías que llevarla contigo durante el recorrido. ¿Dónde? Ciertamente no lo sé. Intento encontrar en la página web de la presente edición el tradicional recorrido por calles y el plano para calcular sobre él los tiempos de paso para familiares y dicho plano no existe. Aparece uno lastimoso con los kilómetros donde hay avituallamiento y punto. El número de inscripciones ya ha quedado frenado sin duda por el precio pero donde constataremos aún más el descenso es en el número de finishers. No perdamos de vista que han regalado cientos de inscripciones vía asegurados de Zurich y trabajadores de la Caixa o Caixa Bank o como se llame. En el universo estadístico de mi entorno, hay cinco personas apuntadas por esta segunda vía de las cuales sólo dos tienen opciones de terminar. ¿No sería mejor premiar la fidelidad de quienes ya han participado en una o varias de las ediciones anteriores ofreciendo una reducción de la inscripción? Puestos a recortar los gastos, me recuerda mi amigo Oscar, que han recortado hasta con el speaker y es probable que la medalla en línea de meta sea un euro de esos de chocolate. Que no se engañe nadie. En el mundo de la organización de eventos deportivos no se muere de éxito. Se muere de codicia y de desidia. Es verdad que a esto no obligan a nadie y si no estás satisfecho (como es mi caso) es tan sencillo como no apuntarse pero debía este escrito del año pasado donde sí había pagado.

jueves, 6 de marzo de 2014

II Mitja marató del Prat

Con eso de no preparar la maratón de Barcelona como si fuera un profesional para acabar haciendo un tiempo de todas formas mediocre, estoy conociendo un mundo del correr mucho más agradable. Así, el año pasado y tras haber hecho los 30 kilómetros de la Maratest de Badalona, obvié la primera edición de una media que nos han puesto (como todas las disciplinas atléticas del pueblo) al ladito de casa. El año de mi debut me encuentro con una carrera que no tiene nada que envidiar en cuanto a organización ni participación a pruebas de mucho mayor antigüedad. De hecho, se solapó con la que era un auténtico clásico del calendario como son los 21.097 metros de Gavà que a mí personalmente cada vez me gustan menos. Pues lo dicho, participación similar alrededor de los 800 runners y tiempos también por el estilo aunque creo que algo más rápido el ganador de la nuestra. En lo personal, planteamiento de no sufrir en absoluto para hacer 1 hora 45 minutos o menos así que salgo a un ritmo aproximado de 4'50" que me permite visualizar el mundo de una manera algo diferente. Desde ir corriendo por las calles del pueblo jugando a ver si conoces a alguien a ver cómo hay gente que opta por sufrir como perros para arañar diez segundos con una respiración que parece los vaya a llevar al infarto en cualquier momento. El recorrido es correcto. Por lo visto, el año pasado el final era por zona industrial la cual cosa castiga mucho mentalmente así que este año con buen criterio lo han invertido y ese tramo feo lo pasas al principio cuando aún vas fresco. La primera parte discurre coincidiendo con lo que es la cursa de Festa Major hasta que enfila el camino hacia la playa hasta el último de los miradores. Por suerte, el viento no se hizo de notar porque en esa zona puede incordiar bastante y hacia el kilómetro 15 y como me encontraba fuerte, decido apretar el paso para irme a por el guía de la hora y cuarenta minutos al que acabo dando caza a falta de unos 800 metros para la llegada. Mi tiempo final es de todas formas de 1h 40' 05" con el que estoy más que satisfecho. Pongo una foto para que se vea el nivel que me exigí en la competición.