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miércoles, 20 de mayo de 2015

VI Cursa pel cor de la Fageda

El sábado pasado me desplacé hasta la Garrotxa para disputar un trail del que la verdad tenía pocas referencias.
Algunas de ellas, encontradas en foros, cuestionaban si era más interesante el calzar bambas de montaña o si con las de entrenamiento de asfalto (como si yo diferenciase entrenamiento de competición) ya serviría.
Tras haber estado por la comarca el pasado otoño y comprobar los buenos caminos que transitaban por la zona de la Fageda d'en Jordà, sigo sumando elementos para el equívoco con el que al final me acabo topando.
Con la habitual intención de servir al pueblo, intentaré ayudar a quien en otras ediciones vaya un poco perdido (si llega a este blog es que va muy perdido).
De hecho, yo me inscribo a una carrera de 29 kilómetros que acaba siendo de 32 debido a una modificación en el acceso a uno de los puntos más altos del recorrido.
A lo que iba. Como no me fío demasiado de los foros y además hace calor, voy eliminando dudas y calzo bamba de montaña y me cuelgo la mochila con una botella de medio litro (a dios gracias).
Arrancamos en el inicio de la fageda con una exuberante vegetación. Como aún pensaba que sería un paseo por el campo, sólo faltaría la voz en off de David Attenborough en un documental de la BBC recordando cómo ha mudado el bosque desde los tonos ocres del otoño al universo de verdes de la primavera.
Para hacerlo aún más bucólico, entrada por la zona de la fábrica de yougures La Fageda donde las vacas pastan tranquilamente en su establo mientras suena música clásica (ojo, que es verídico).
Primer avituallamiento sólo de agua que aún me reafirma más en que aquello es poca cosa y máximo en tres horas y media lo tengo ventilado.
Pero al poco empezamos a entrar en materia con un sube-baja continuo que según la página oficial acumula 1.500 metros de desnivel positivo y cuya dificultad se ve acentuada por la inexistencia de un avituallamiento justo antes de la subida más dura del recorrido.
O sea, que desde el precioso enclave de Santa Pau nos encontramos que atravesaremos diez kilómetros muuuuuuy largos sin poder reponer las existencias de líquido.
Gracias a este error, llego al alto de Sant Abdó i Sant Senén con un pajarón de impresión.
Allí y con la ayuda de un par de vasos de coca-cola, unos puñados de revuelto de frutos secos y algunas chuches resucito al menos lo suficiente como para llegar hasta la meta tras alguna contractura del abductor de la pierna izquierda.
En resumen: una carrera con un recorrido precioso y unas vistas espectaculares pero de una dureza importante al menos para un competidor del percentil 80 tras 4 horas y 33 minutos. Claro que eso no es muy complicado teniendo en cuenta que había 200 inscritos y 163 finalizados.