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domingo, 18 de enero de 2015

V Marató de Tarragona

Como el nombre oficial de Marató Costa Daurada Tarragona 2017 se me hace un poco farragoso, he decidido acortarlo para el título de la entrada.
Hace unos meses cuando llegó la oferta de 24 o 48 horas para apuntarse por 27 € a una maratón, hizo falta una asamblea familiar de unos 10 segundos para decidir que haríamos noche los cuatro en el hotel oficial de la prueba. Este ofrecía un precio excelente aportando el justificante de la inscripción incluyendo además la opción de aparcar el coche y de hacer el domingo el late check-out a las 16 horas.
Esta mañana desayuno abierto a las 6 de la mañana. Yo bajo hacia las 6'15 para compartir comedor con Chema Martínez y María Vasco. Vamos, en plan élite total.
Debo destacar las buenas sensaciones que me ha transmitido el Chema como persona además de como atleta. Todo sonrisas y amabilidad incluso en carrera. Cuando se ha cruzado con nuestro grupo y ante la cerrada ovación, le ha faltado hacer un caballito.
Me tomo un zumo, un café con leche y una tostada enorme de mantequilla y mermelada de fresa para acabar rematándolo todo con un vaso de Aquarius y robando un plátano para después.
Hacia las 7'30 bajo tranquilamente hacia la zona de salida para recoger el dorsal sin agobios. Somos 1600 los inscritos entre la prueba de los 42 kms, una de 30 y una de 10.
Hay como dos hangares. Uno habilitado para la recogida de dorsales y otro como guardarropa. Ni que decir tiene que a diferencia del sacacuartos de Barcelona, te dejan estar allí dentro tan a gustito ya que fuera la temperatura es baja.
Yo llevaba la mochila con un fondo de armario impresionante de prendas deportivas. Opto en un principio por manga corta, manguitos, guantes, pantalón corto de atletismo y pantorrilleras además de mi inseparable buff. Como quiero llevar una barrita por si me entra hambre y los pistachos amenazan con atravesarme la carne, me cambio por uno corto de trail de los que llevan setenta bolsillos.
Me quedo dentro a esperar que se acerque el momento de la salida sentado tranquilamente en una de las camillas de masajes.
A la hora de la salida y como ya había decidido de antemano, me pego al guía o pacemaker de las 3 horas 30 minutos a sabiendas que llegaré por detrás de él y la verdad es que disfruto profundamente del hecho de ir en pelotón resguardado y sin mirar demasiado el reloj.
En el 12 que sé que estarán mis chicas y aún están las piernas frescas, hago un alarde de poderío y me voy por delante para lucir bien en las fotos y poder lanzar los guantes que me han durado puestos escasos 2 kilómetros y es hacia el 25 cuando decido que mi aventura en grupo ha finalizado ya que va como a tirones.
Una pequeña crisis al circular por el litoral marítimo del puerto y su aspecto apocalíptico que me hace pensar lo bien que estaría yo en la de 30 kilómetros.
Me recupero y voy a gusto cuando un conocido que va por detrás me alerta de que viene lo peor.
Yo lo tomo como una advertencia de perogrullo. En maratón, a partir del 30 viene lo más duro. Efectivamente.
Pero no, aquí toma un cariz diferente cuando se empieza una sucesión infernal de subidas y bajadas que dura aproximadamente diez kilómetros y que llega hasta el kilómetro 40 donde la verdad es que me encuentro con bastantes fuerzas para llegar hasta la línea de meta.
Conclusión: el recorrido es mejorable porque aparte de la dureza final, hay bastantes tramos con giros de 180 grados y otros que se estrechan dificultando la marcha.
Eso sí, suplido con creces con la predisposición de los voluntarios. Nunca había visto lo de los patinadores que en lugares donde no hay avituallamiento te ofrecen comida, bebida, reflex, ... Espectacular.
Para los amantes de las cifras: tiempo 3:36:40, posición 269 en la general.
Ahora me queda decidir el siguiente objetivo. En principio todo apunta a Duatló de Vic así que tengo que sacar el alter ego ciclista de Percherunner que no es otro que Lousy Rider.



domingo, 11 de enero de 2015

Percherunners

Long time no see que dirían los americanos o mucho tiempo sin vernos que diríamos nosotros.
Redacto una entrada con la finalidad exclusiva de registrar otra palabra inventada por mí como es la que da nombre al título.
Al googlearlo me he asustado porque había una entrada en italiano que creo entender que pregunta por qué los runners algo.
Pero no, parece ser que será una palabra única de este blog.
¿Y qué es un percherunner? Pues muy sencillo, es la fusión del caballo percherón con el runner.
¿Y qué requisitos debe cumplir? Básicamente no hacer series e intentar no bajar de 40 minutos en los 10.000 metros.
Alguno pensará que esto es como la fábula de la zorra con las uvas pero no.
A la pregunta de si a un percherunner le gustaría ser más rápido la respuesta debiera ser sí pero la genética no le ha dotado de esos recursos y se conforma en mayor o menor medida con lo que tiene.
Si se le indica que debiera hacer series para mejorar sus tiempos, en función de su educación o hartazgo contestará con un "ya veremos" o con un "las series que las haga tu puta madre".
Eso es todo.
Aprovecho para enviar un saludo a mis dos compañeros percherunners puros con los que hemos rodado esta mañana (Ángel y Óscar) y para recordar que la semana que viene hago la Marató de Tarragona que como es territorio desconocido, espero escribir una crónica en condiciones.