A pesar de haberme hecho el propósito de no ver la Copa de las Confederaciones, no estoy pudiendo resistirme.
Salvo el partido inaugural del que no me atreví a ver nada, he visto trozos del resto de los encuentros. Esto es como si a un yonqui le das una chinita de hachís pero bueno, algo es algo.
Los horarios son bastante razonables con lo que invitan a echar algún rato delante de la tele.
De la jornada de ayer lo que más me llamó la atención es el meneo que le estaba dando Egipto a Brasil en la segunda parte después de haber llegado 3-1 abajo al descanso e igualar la contienda.
Suerte tuvieron los de Dunga (vete ya, por favor) de un penalty que estoy convencido le chivaron al árbitro desde la grada ya que no me creo que el línier viese la jugada.
Debió de ser el propio Blatter el que le dijese que efectivamente el defensor egipcio había usado el brazo para detener la pelota y evitar el gol. Permitidme que dude si después de señalar la jugada como córner, hubiese vuelto atrás si la pena máxima hubiese favorecido a los africanos.
Esto es como la expulsión de Zidane después que Medina Cantalejo viese la repetición en le marcador del estadio.
Hay que decidir si vale o no vale. Si vale, pues se tarda un segundito de nada en que el que está revisando el partido le dicte la decisión a tomar. Si no vale, pues fuera el microfonito y a cuchichearse al oído como se hacía tradicionalmente.
Visto lo visto, España clarísima favorita para llevarse el título.
Y hablando de adictos, hoy he entrado a un estanco (a por un sello y un sobre) y los fumadores estaban que trinaban con el incremento de precio en su querido tabaco.
Creo que pasaban a costar 3 euros el paquete cuando ayer valía 2,65. Más de un diez por ciento de incremento parece una buena motivación para dejar o reducir el consumo de pitillos.
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