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jueves, 24 de abril de 2008

Ni al arco iris

Muy buen partido en líneas generales el de ayer por parte del Barça a pesar de la acuciante falta de gol. La única forma de marcar hubiese sido si Eto'o se tira en el clarísimo penalty de la segunda parte y el chutador hubiese acertado con la portería de Van der Sar.
Tampoco la tenían todas consigo los supporters (no vi muestras de mal comportamiento así que me ahorro el llamarlos hooligans) según constaté en una amena charla pre-partido con un par de ellos. Si nosotros tememos a Cristiano Ronaldo, ellos sienten lo mismo con Messi. Eso sí, no podían entender qué hace Henry en la banda izquierda. Para ser sincero, yo tampoco. Dicen que en realidad están jugando bastante peor de lo que quiere vender la prensa y nos acusaron de haber envenenado a su central Bilic.
Para sustituirlo, nos ahorraron de ver a Gerard Piqué, otro de los que se fueron de la cantera por dinerito y decidieron colocar Ferguson y Queiroz a Hargreaves en el lateral derecho. Un centrocampista para mi gusto regular tirando a malo y lo ponen de lateral. Y el tipo va y cumple. ¿Podemos imaginar a Gudjohnsen jugando de lateral?
Total que el partido acabó con el tercer empate a cero consecutivo en casa y la sanción del kaiser de Michoacán para el partido de vuelta.
Si no marra la pena máxima Cristiano Ronaldo en el minuto 2, hoy estaríamos hablando con seguridad de un 1-3 o 0-4.

Enlazando el tema futbolero con el literario, diré que no puedo entender que Carles Rexach se hinche a vender libros. Digo yo que para un libro que se lee al año casi la mitad de la población (o ninguno) podrían buscar algo un poco más en condiciones.
Y ojo, que yo soy un lector todoterreno y que me encantan los best-sellers, que no estoy diciendo que haya que leer a Kafka o a Saramago pero creo que ya está bien de libros del Buenafuente, Polònia, Rexach, Isidre Esteve, ...
Y también está bien de que los entendidos linchen al Ruiz Zafón. Si a la gente le gusta será por algo. A mí la sombra del viento me encantó y me estoy leyendo el nuevo que la verdad es que engancha mucho en plan culebrón pero que viene a ser más de lo mismo. Cuando me acabe las cien páginas que me quedan, os explico el final y así os ahorráis de comprarlo que están a un precio que no veas y de momento no hay manera de piratearlos.
También es verdad que se me hace aún más ameno ya que lo estoy leyendo después de un tostón titulado La gente de Smiley de John Le Carré. Ya me había parecido un bodrio cuando leí La casa Rusia hace unos cuantos años pero me decidí a darle otra oportunidad. Pérdida miserable de tiempo. Vaya espías sosos.

1 comentario:

Sobrevalorado dijo...

Sin querer defender a los entendidos, 'La sombra del viento' me parece malo, malo de solemnidad. Y el argumento de que le gusta a mucha gente, pues... piense en un Big Mac (gastronomía), el Marca (periodismo) o Miguel Bosé (música). Gustan a mucha gente, pero no son nigún modelo de calidad.