Cómo ser buen corredor ... o al menos aparentarlo

Coincidiendo con la cursa de la Mercè, y dado que como últimamente es costumbre no he salido a sufrir, entre quiebro y requiebro para ir adelantando gente, se me ha ocurrido glosar unos truquillos para aparentar ser mejores de lo que somos en realidad.
El primero consiste en descaradamente restar minutos a nuestra mejor marca. Ante la pregunta de qué tiempo tienes en el 10.000, tengamos ya preparada una mentira descarada rebajando nuestros guarismos en tres o cuatro minutos.
Esta trampa deberá ser retocada de manera aritmética en función de la distancia.
Deberíamos limitar esta actuación a situaciones en las que presuntamente no vayamos a volver a topar con el interpelador como por ejemplo en vacaciones.
Ahora vayamos con el tema de las excusas en caso de ser pillados al final de una carrera con un tiempo entre mediocre y lamentable:
1) no he dormido bien
2) entreno poco porque a) trabajo mucho b)estoy lesionado/resfriado, ...
3) es que he salido muy atrás y ya no he podido remontar
4) hacía calor/frío/humedad
5) he montado bambas de seco y el suelo estaba mojado
Y así un sinfín para no asumir la cruda realidad: que cada uno hace lo que buenamente puede y los que viven de esto son cuatro.
Que sería bonito ser más rápido. Efectivamente. Pero no a cualquier precio. A mí que me jubilen como al Luis Enrique y ya veréis cómo bajo tiempos en todas las distancias.
Como dijo el filósofo: Salid y disfrutad.
Ah, y en la cursa de esta mañana entre el 5 y el 10 he adelantado a 500 (según los tiempos oficiales) e intuyo que entre el 0 y el 5 habrán caído otros 800.
Y sí, !YO SÍ QUE HE SALIDO ATRÁS Y ME HE QUEDADO ENCERRADO, QUÉ PASA!