Ya lo quemamos todo

Una jornada liguera y el consiguiente parón pro-selecciones nacionales están generando un xup-xup muy extraño alrededor del primer equipo de fútbol del Barça.
De una sola derrota extrapolamos que el entrenador no se come los turrones, los panellets o los churros de chocolate de la Mercè (o lo que se estile comer en la gran ciudad). También tenemos claro ya que Dani Alves es Zambrotta, que Henry va a seguir desaparecido en combate (que alguien traiga a Chuck Norris), que Xavi sólo funciona con la selección, que Messi tampoco está por la labor, etcétera, etcétera.
Lo curioso de estos casos es que cuando le metamos cinco chicharros al Racing en la próxima jornada, hablaremos del nuevo Dream Team y veremos esquemas según los cuales el equipo habría jugado durante cinco segundos con cuatro puntas.
La suerte que vamos a tener este año es que si el Barça genera dudas, a mí el Madrid no me genera ninguna, o sea, que van a pasar un año de auténtica pena.

Ahora voy al caso futbolístico que me tiene fascinado. Sulaiman Al-Fahim, propietario del Manchester City, dice que va a fichar todo lo que le dé la gana.
Como en su caso el límite es la imaginación, que no el dinero, da miedo pensar en lo que puede juntar.
Yo estaría encantado de que pasase por nuestro mercadillo y vía pago de cláusulas se llevase a tantos jugadores como quisiese. Teniendo en cuenta la desproporción en la cantida que se fija como cláusula de rescisión estará media Europa señalando a sus cracks.
No creo que le haga tanta gracia a sus vecinos del United. Esto sería como si llega un magnate (¿mangante?) al Espanyol y te quita a Messi.
Valga como ejemplo el vídeo de youtube en el que uno de los de Oasis responde a las diez cosas que más ama y que más odia. Entre las segundas acaba con un concluyente: "Man United ten times".