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jueves, 4 de septiembre de 2008

Yo me voy. Pues yo me quedo

En un mundo súperprofesionalizado (o lleno de mercenarios, pon el que prefieras), me gustaría resaltar la actitud de Luis García.
Y pensar que este buen hombre jugando con el Murcia estuvo a punto de enviar al Espanyol a segunda ...
El delantero del Espanyol cada vez que aparece en rueda de prensa da la impresión que se partiría la cara por la camiseta que defiende. Puede que sea una pose (que conste que a mí casi cualquier vendedor de cualquier producto me convence y no pongo la teletienda para no creerme lo que veo) pero si lo es, lo lleva hasta el último extremo.
Como su presidente también cree que es un sentimiento real propone compensarle mientras a Albert Riera le va dando latigazos cada vez que se le pone un micro a tiro.
Lo de este jugador es el caso diametralmente opuesto al de Luis.
Transmite la sensación el balear de ser un broncas y de no dejar un buen sabor de boca allí por donde pasa. También puede ser un error de percepción y que sea una buenísima persona.
Yo creo que va a jugar en le Liverpool lo mismo que jugaba Josemi, o sea, casi nada y en diciembre estará metiendo cizaña para pillar otro traspasito.
Y lo de los secretarios técnicos, ¿qué nos parece?. Imagino a Paco Herrera con su medio milloncito de euros en el bolsillo viendo más y más fútbol para ver si consigue alguna perla que echarse a la boca y al amigo Txiki fichando por algún resumen de la tele no necesariamente de la temporada en curso.
Ah, y del tocayo del jugador perico que acabó recalando en el Atlético de Madrid y del que un lector bético del blog consideraba muchísimo mejor que Giuly, si queréis hablamos otro día pero yo no he visto un jugador en el Barça fallar tantos goles como éste.

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