Conmocionaron el panorama futbolístico las declaraciones de Edmilson ayer para TV3. A lo mejor leídas o escuchadas fuera de contexto pueden llevar a creer que ha querido quemar todos los puentes pero visto en su totalidad y viendo el tono de la conversación, debería llevarnos sólo a la reflexión.
Viene a decir que en cualquier colectivo hay personas buenas que son la mayoría y personas malas o no tan buenas. Pero es que eso no es exclusivo del vestuario del Barça. Yo creo que en todos nuestros entornos encontraremos a gente que vale la pena y otros que dedican una parte (mayor o menor) de su vida a intentar joder al prójimo por mezquindad, envidia o la pura maldad que también existe.
Pensad en vuestros compañeros de trabajo/estudios/juergas, ... ¿A que siempre había alguno que era más trepa o más oscuro? Pues a lo mejor si es uno se le mantiene a raya gracias a la disciplina del grupo. Si son dos puede que cueste mucho más y si son tres, la explosión está asegurada.
En el mundo del fútbol es fácil que se agudicen estos problemas al encontrar a un conjunto de señores muy jóvenes, muy ricos y con unos egos que no te los acabas que como dice el brasileño, están más preocupados de la sesión de fotos de después del entrenamiento o del estreno de su línea de moda que de su rendimiento como profesionales.
A mí es que la opinión de Edmilson me merece un respeto especial al venir de un hombre que estuvo flirteando con el alcoholismo a una edad muy temprana y no consiguió enmendar su rumbo hasta convertirse en un atleta de Cristo como es hoy en día.
Que las iluminaciones de las religiones sirvan para rescatar a estas "ovejas descarriadas" y no para alentar a volar trenes o edificios.
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