La noche del bocata de calamares

Otra mala noticia para el mundo del fútbol.
Resulta que la vuelta de la Supercopa de España se disputará el miércoles 17 de agosto a las 23 horas.
Sí señor, a las 11 de la noche. Quizá sea una represalia contra los que nos venimos quejando sistemáticamente de los horarios de mierda que se usan en las competiciones nacionales.
Que no quieres gazpacho (haciendo referencia al partido aquel contra el Sevilla) pues te comes dos bocatas de calamares.
Cuando luego viene el tal Roures con la presunta amenaza (que se hará realidad esta próxima temporada) de jugar partidos a las 12 del mediodía, a mí me suena a música celestial comparado con horarios de after hours.
Debo aprovechar para agradecer a la directiva que dicho clásico veraniego no esté incluído en el abono de la temporada con lo cual si ya no tenía muchas ganas de pagar para verlo, ahora no voy ni gratis.
Supongo que se llenará de guiris porque es que es del todo inviable moverse por el área metropolitana a la hora en que llegue a su final el duelo.
A lo mejor lo hacen para potenciar el uso del taxi porque en caso de que haya prórroga y penaltis, no se abandona el Camp Nou antes de la una y media de la madrugada.
Si yo fuera responsable de TMB, cuando luego me vengan con el cuento de alargar la jornada y pagar un montón de horas extras les respondería con una de estas:
a) y una mierda
b) pues las horas extras las pagas tú y la Federación Española de Fúrbol (no es un error tipográfico, está escrito en Villariano).
Encima, ayer me enteré que el sorteo está dirigido para que Barça y Madrid no se puedan encontrar ni en las primeras seis jornadas ni en las cuatro últimas.
Qué vergüenza. Y el resto de equipos venga a tragar con que los dos grandes disputen su liga y el resto una competición devaluada.
Pero bueno, donde mande la tele, que se quiten los intereses de los clubes y de los deportistas.
Ya me extrañaba que siempre tocase el primer enfrentamiento cerca de las Navidades.