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lunes, 31 de marzo de 2008

¿Pero qué PINTO yo aquí?

Cada vez que aparecen los gladiadores barcelonistas con un suave trotecillo mientras son increpados por aficionados no puedo evitar posar mi vista en José Manuel Pinto.
Quizá sea por la trenza que captura la atención.
Debe pensar el hombre que ya es mala suerte haber recalado en el club en una situación como la que está para ser insultado, acabar no ganando nada y cobrando lo mismo que tenía comprometido en el Celta.
No sé si le estará sirviendo como experiencia personal, para hacer turismo o para degustar novedades culinarias pero en lo profesional imagino que nada de nada. Porque encima tiene pinta (digamos mejor aspecto que si no va a quedar redundante) de ser de los que están acostumbrados a machacarse físicamente y aquí supongo que se habrá tenido que comprar un ab-shaper o un banco para hacer pesas en casa ya que en las instalaciones del club la presencia es escasa.

Hay otros integrantes de la plantilla tipo Sylvinho, Xavi, Iniesta y poco más que seguro también están comprometidos de verdad con la causa pero una vez que te lías a decir mercenarios, no se hace distinción y caen todos en le mismo saco.
Vamos, lo que en mi trabajo llamamos un Salpi porque te salpica lo que otro compañero haga mal aunque seas inocente.
Yo siempre he sido partidario de las broncas personalizadas y a quien se la merezca pero en el caso de los héroes del Ruiz de Lopera cuesta discernir.

1 comentario:

Sobrevalorado dijo...

Curiosamente, la debacle barcelonista empezó a fraguarse -máso menos- el día en que llegó el pobre Pinto al Nou Camp. Evidentemente, no es culpa suya; pero qué mala suerte.

Por cierto, Deco, aparte de un hijo enfermo... ¿qué tiene? ¿está lesionado?