Motivos personales

Estos días pasados ha habido dos dimisiones de carácter bien diferente pero alegando las mismas razones. El Director General de Caixa de Catalunya y Ander Garitano (ya ex-entrenador del Zaragoza) renuncian a sus cargos pretextando motivos personales.
Esa excusa me parece una soberana estupidez. En el caso del financiero/político o lo que haya que ser no voy a ir más allá pero en el caso del entrenador sí.
Se dice que la culpa de su marcha la tiene un enfrentamiento con la directiva porque no quieren contratar algún jugador que él cree necesario y por otro lado no acceden a deshacerse de uno que a él le sobra. No quiere, o más bien quería, al Cabezón D'Alessandro que dicen es más raro que su peinado.
Pues si ese es el problema, sales lo dices y te vas tan pancho. Como se decía en la mítica frase de El Padrino: It's only business. O sea que al contrario de en lo que se escudan, no es una cosa personal sino estrictamente profesional. Si no, ¿para qué cojones vas a entrenar a un equipo dos partidos? ¿O es que el motivo personal tiene su origen justo después del partido del domingo?

Ahora quiero proponer un brainstorming colectivo de pufos del fútbol. Detectemos jugadores de esos que cada minuto ha costado una morterada para acabar tras pasar por el Mónaco (sin jugar) en el Recre (sin jugar). No me valen Romeritos o Pachetas de los cuales no se esperaba nada. Y eso que el segundo da origen a una teoría conjunta con mi amigo Ceide del Pachetismo como contraposición al Pasotismo. Vamos, que el que da todo lo que tiene no está obligado a más y en el caso del ¿delegado? del Numancia está claro que así era.