Centenario ... ¡y a por todas!

Hoy por primera vez en muchos meses me voy a explayar un poco con la crónica de una cursa.
Y no es para menos (o sí) ya que ayer disputé mi carrera número cien. De hecho sería más exacto decir que acabé ya que hay una única mancha negra en forma de abandono duatlético.
No he encontrado un mejor marco que en la Cursa de Festa Major del Prat. Así, eran miles, decenas de miles los conciudadanos que inundaban las calles y las abarrotaban con cánticos de ánimo hacia mi persona y pancartas conmemorativas.
Vale, ahora como en las series, se oye música de harpa, se distorsiona la imagen, y al volver, se muestra la realidad donde incluso mis padres llegaron tarde al punto intermedio donde me debían haber jaleado. No somos nada. (Suspiro)
De la carrera en sí y como ya estamos en plan de aburrir al personal, diré que salí fuerte, que tuve un bajoncillo para recuperar y que volví a apretar los dos últimos kilómetros.
La marca: 44'10" que pasa a formar parte de mi archivo con los entrenamientos y carreras disputados. Sé que el tema roza el frikismo pero algún uso hay que darle al excel aunque esté siempre dando la lata con que no es software original.
Buenas sensaciones a pesar de llevar dos noches sin haber dormido demasiado.
¿De juerga? Pues no, sufriendo a la querida feria que ya ha sido analizada en profundidad en escritos de otros años.

Otro centenario, aunque en este caso sonrojante, lo encontramos en la final de la Lliga catalana de basket entre el Barça y el Joventut.
Podría uno pensar a priori que la vergüenza y el centenario están relacionados de manera que uno de los dos conjuntos le endosó cien puntos a su rival.
Pues nada más lejos de la realidad. El resultado de 62-38 es digno de un partido de cadetes o alevines pero indigno en un encuentro de profesionales.