Ra-ta-ta-ta-ta-ta-tá!

Creo que no comentaba nada de tele desde los tiempos del Casal Rock.
O quizá tampoco lo hice porque lo expresé de manera oral con los contertulios del trabajo.
El caso es que anteayer escuché de pasada a Risto Mejide en su nuevo programa y tras visionarlo vía youtube, ayer decidí sentarme a ver cómo iba el asunto.
Pues bien. Ya he tenido bastante.
Una persona que consigue incomodarme increpando a Jiménez Losantos es que se está pasando bastante. Y aún más si lo que tienen que criticar es que el individuo en cuestión no llegue al suelo cuando está sentado. Qué le vamos a hacer, será solidaridad de bajitos.
De las hondonadas de hostias que salpicaban el plató como si de un molino de dar ídems se tratase, quizá la que más me impacta es que llamen al presidente del gobierno Zapatillas o zapatitos, ahora no me acuerdo.
Que eches en cara que sea mentiroso, o que no se aclare de dónde va a sacar los fondos para contentar a todo el mundo pase, pero ponerle el mote públicamente, lo encuentro de mal gusto.
Como de mal gusto es la tunda que le dio a Míriam Sánchez (formerly known as Lucía Lapiedra). ¿Por las imágenes de sus pelis porno? Me preguntaba una de las queridas contertulias del laburo. La respuesta indudablemente no. No me ofenden en absoluto sus intervenciones en el celuloide aunque para ser sincero diría que eran las primeras que veía.
De mal gusto es hacer juegos de palabra con haber penetrado, que se lo come todo y demás tonterías.
Y no quiero ni entrar en el lenguaje gestual del presentador/monologuista del tinglado. Incomodísimo en el centro de un plató sin tener un escritorio donde parapetarse lo vi totalmente fuera de lugar.
Donde esté la fina crítica política del Minoria absoluta radiofónica que nos deja huérfanos esta temporada, que se quite el sado del G-20.
Ah, y más vale que haga un buen dinerito porque no va a volver a trabajar en su puta vida. Va a estar vetado a perpetuidad por todos los partidos políticos y medios de comunicación.