Voy a utilizar mis últimas fuerzas para intentar transmitir lo que hemos vivido este fin de semana en Donosti y alrededores.
Vaya por delante el aviso que a algún lector (decir a muchos sería presuponer unas cifras de consumidores altamente desproporcionadas) le puede provocar somnolencia.
Quien consuma cualquier tipo de informativo se habrá dado cuenta del temporal que ha azotado la cornisa cantábrica. Oleajes, vientos y lluvias formaban parte de la meteorología de la zona.
Pues después de plantarnos a mediodía del viernes en San Sebastián y con toda la tarde y noche disfrutando de ese clima de chaparrón y desenfunda el paraguas, amanezco el sábado con la idea de que al día siguiente va a correr su puta madre.
Como soy un tío de convicciones férreas e inamovibles, volvemos a la Feria del corredor y me hago con un cortavientos de la edición anterior por 30 euritos. ¿Por qué de la pasada edición? Pues porque el de esta costaba 40 y para el uso que va a tener, lo mismo da que ponga 44 o 45.
Total que tras el día de perros de rigor y previsiones cada vez más alarmantes, llegamos hasta la noche.
Pasa la noche y tras dormir estupendamente, a las 7'30 estoy desayunando opíparamente (sinónimo de ponerse hasta el culo) para acumular energías y calorías para lo que literalmente se nos viene encima.
Hacia las 8'20 y enfundado en mi capelina del Decathlon, me dirijo a la estación de Renfe a unos veinte minutos a pata. En el trayecto, busco refugio tras encontrarme con el primer aguacero del día.
Vamos en tren hasta Irún (el plural es porque un compañero de la Mónica me invitó ayer a ir con ellos y como las cosas con tertulia son más llevaderas, pues allá que me engancho). Autobús lanzadera y paseíto hasta la zona de salida.
En la hora y pico de espera, se sucede algún chubasco débil pero por lo general el tiempo va aguantando.
Apuro hasta el final para despojarme de unos pantalones que allí se han quedado y hasta el disparo de salida para quitarme el chubasquero ya que parece que el tiempo se aguanta.
¡MEEEEEC! Error. Nada más comenzar, viento de cara y GRANIZO. Tócate los cojones. Por suerte es poco rato pero ya mete el miedo en el cuerpo.
Del resto de la carrera, además de destacar el gentío animando, sólo decir que el tiempo nos ha respetado bastante hasta que falta de un kilómetro, llegando a la costa de San Sebastián, entraba un viento hipohuracanado.
Afortunadamente, tras entrar en meta, ha llegado la Mónica de mochilera cargada de ropa de abrigo.
Conclusión: carrera magnífica e indispensable a pesar de haber sido la que ha tenido las peores condiciones de las 31 ediciones de la era moderna según dicen los organizadores. Y ya el que quiera disfrutar a tope, que vaya al hotel donde nos hemos alojado. Exquisito.
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5 comentarios:
Si me voy a ese hotel bien acompañado, no es que no salga para ir a una carrera lloviendo; es que le dan mucho por ahí a San Sebastián y no salgo de la habitación hasta que me echen.
Tremenda fuerza de voluntad para asomar la naricilla a la calle en un día de perros como el que hacía! Yo suscribo la opinión de Sobrevalorado, y me hubiese quedado en el hotel, que tiene una pinta estupenda!
De cualquier modo, muchas felicidades por no ser unos de los 4.000 que se acojonaron, y por su crono. ¿Nos vemos en los 5 km de la Cursa contra el Cáncer, o eso es ya pecata minuta tras sus gestas maratonianas?
Saludos!
Enhorabona!!! amb una mica de retard però com que no "coincidim d'horaris" al Simu més val tard que mai.
En primer lloc, que bé que puguéssiu marxar la Mònica i tu i poder desconectar durant 48 o 72 hores, més val això que res malgrat les inclemències del temps.
En segon lloc, David et felicito per aquest repte difícil climatològicament parlant ja que es necessita molta força de voluntat per sortir en les condicions de tormenta i vent. T'animo perquè hi aneu l'any vinent amb més bon temps i així t'emportes més bon record d'aquesta cursa.
I en tercer lloc, t'envio un link d'un bloc per si tens res a veure o coneixes algú:
http://caninots.blogspot.com/
Un dels ninots és del Centre Excursionista de Centelles.
Bé, ara aprofitem d'aquest "estiuet de Sant Martí" i aquest anticicló per sortir que d'aquí a poc potser ens arriba el fred. De totes maneres el fred a les nostres latituds no m'espanta però sí a alta muntanya i les turmentes també.
Fins aviat!!!
Volia dir tempestes a alta muntanya, grrrrrr!
Gràcies Mariona però he de reconéixer que el dia d'abans pensava que no la faria.
Si no hagués estat pel recolzament de la Mónica no hauria pres part i no m'ho hauria perdonat.
No conec ningú del bloc que dius però veig que també van tenir pensaments impurs anant cap al tren.
Visca l'impermeable del Decathlon!
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