Estaba esta mañana en las magníficas instalaciones del Estruch. Eh, que conste que lo digo en serio, que luego se me acusa de hablar siempre con ironías y cuando digo algo en positivo, no se me cree nadie.
Bueno pues eso, que estaba en esas piscinas cojonudas y descubiertas disfrutando de la mañana en compañía de la Marina cuando he levantado la vista y he visto la sala de cardio cuyos ventanales están orientados hacia la piscina. Allí había un tipo dándole a la elíptica y entre el movimiento de brazos y de piernas, tapado parcialmente por las máquinas, me ha recordado al admirado Leonardo Dantés con el baile del pañuelo.
Sé que es penoso pero uno no debe esconderse de lo que es. Estoy de acuerdo que sería más estimulante para los queridos lectores que tuviese revelaciones de otro tipo pero uno no da para más y además ¡qué coño! que estamos en pleno verano y por no haber, no hay ni noticias.
Qué grande era aquella tonadilla de Raúl, Raúl el príncipe azul del Dantesco en el Día Después del plus. Yo que no podía ni ver al Robinson y al Pedrerol, que aún me acuerdo cómo lloraban de la risa.
Pica, pica el piojooooooo.
jueves, 9 de agosto de 2007
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1 comentario:
Podríamos contratar a Leonardo Dantés para la fiesta que organizaremos con motivo de nuestra fijeza, no? Sería fantástico que hiciese una canción alusiva a nosotros, los sencis....Ay, qué bonito sólo de pensarlo!!!
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