Caballos y caballitos

El año pasado en las Olimpiadas que debían abrir China al mundo se decía que Usain Bolt estaba en condiciones de acercarse a los 9.50 segundos en los 100 metros lisos.
Yo pensé por entonces que las exageraciones a nivel atlético nunca tienen fin ya que el registro aún estaba a más de 20 centésimas de la marca prevista.
Pues el jamaicano después de merendarse 11 centésimas de una sola tacada ha destrozado ya todas las cábalas posibles.
No vale la pena gastar más palabras en una actuación que sólo se puede valorar al verla. Vamos, que me gustaría saber cómo deja a un caballo en esa distancia.
La delegación española sigue con sus papeles más que discretos con la excepción habitual de Marta Domínguez que le da igual lo que corra.
Ahora suma otra medalla de oro en la joven distancia del 3.000 obstáculos femenino.

En las motos destacamos otra victoria más para Valentino Rossi y otra caída más para Lorenzo que dejan al italiano acariciando el título.
Aún más destacable es el trompazo que se dio Álvaro Bautista en la vuelta de celebración de los 250 c.c. Hay que ser bestia para hacer un caballito y caerse. Y aún peor que el golpe debe ser la sensación de ridículo.

Finiquitamos el tema deportivo destacando la actuación del Barça B en Bilbao en la disputa de la Supercopa y entramos en tema cine.
Fui ayer a ver Resacón en Las Vegas y qué queréis que os diga. Tanto éxito de taquilla y tanta mandanga y la verdad es que para mi gusto no es para tanto.
Y ya sabéis que mi listón es realmente bajísimo. Está bien, es entretenida y poco más.
Supongo que a la moderación en el disfrute ayudan unos doblajes infectos que rayan y sobrepasan el patetismo en la aparición de un oriental.
Mejor ir a ver Up que en medio minuto y con una serie de instantáneas resumen toda la vida de los abuelillos sin que haya ni una palabra y sin que los niños se enteren de lo que están viendo.