Los Raúles

Si en la anterior entrada hablábamos del mal ambiente que hay entorno a Raúl Tamudo, hoy he podido ver una imagen que vale más que todas las palabras del mundo.
En una comida de germanor, le ofrece la mano el vicepresidente Germán de la Cruz (al que el entorno del de Santaco acusa de la situación) y Tamudo pasa de él dejando al otro helado con la mano extendida unos segundos.
Game, set and match y a buscarle una salida al 23 hoy mejor que mañana. Qué final tan patético.

Y el otro Raúl, el tal González Blanco, el 7 perpetuo del Real Madrid que sigue aumentando su leyenda a la vez que sigue recibiendo palos en lo que más que una situación paradójica daríamos en llamar esperpéntica.
El muchacho de la cámara hiperbárica sigue siendo de los poquísimos que es capaz de esperar que a un portero de primer nivel se le caiga la pelota de las manos para recogerla y marcar a placer. Algunos dirán que es gracias a los dedos de mantequilla de Dida, otros más soeces dirán que simplemente tiene los dedos como pollas (lo que toca lo jode) pero en el 99 por ciento de enfrentamientos, el portero brasileño hubiese tenido tiempo de volver a recoger la bola y echarse unas risas.
Hago un paréntesis para sumar otra muesca en mis dotes de pitoniso. Corría el año 2003 cuando en una de las finales de Copa de Europa más infumables que he visto en mi vida, Juventus y Milán empataban a cero (cómo no) y el título se debía dirimir en la tanda de penaltis. Interiormente me dije: los milanistas con Dida y los turineses con Buffon en la puerta. No hay duda, el título para la Juve. Meeeeeec. Error.
Sigamos alabando al máximo goleador de la historia de la Champions.
También hace unos cuantos años cuando en su primera (y única) aparición en un Barça-Madrid, mi señora alucinaba con la manera de presionar de Raúl. Si queréis más datos, fue en un empate a uno con un gol de Xavi gracias a la colaboración del portero César.
Decía Clemente del delantero que cuando no marca está engendrando criaturas, que era un jugador de 8 en todo. Es decir, 8 chutando, 8 regateando, 8 pasando, 8 de cabeza, ...
Lo que no sé si decía aunque todo el mundo lo sabe es que es un 10 en entrega, en sacrifico, liderazgo, ...
Suerte que el tipo no tiene la clase de Guti o que el otro no ha tenido nunca el hambre del capitán de los blancos.
Y ya para concluir y desengrasar un poco la entrada; vaya derrota contra un Milan lamentable. Como decían en la tele, parecía un partido de veteranos "liderado" por el viejo más joven del mundo. Sí, sí, el chico aquel de los dientes grandes que nos rescató del desierto.
¿Qué edad tienen los veteranos rossoneri? ¿90?