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viernes, 5 de octubre de 2007

Los unos y los otros

Los otros son gente como Pablo López (fe de erratas, gracias Angue) con el que fui a clase en 1º F en los barracones de mi instituto. Pablo, alias Starbarna, es un tipo que tuvo mucha suerte en su entrada en el instituto. Se juntó en la clase de religión con unos doce heavies y unos cinco punkies a la mayoría de los cuales no les daba ninguna vergüenza el hecho de estudiar para aprobar. Además, los repetidores eran repetidores por lerdos y no por malos. Nunca nadie se metió con su compañero estableciendo una especie de pacto no escrito de no agresión. Ni siquiera cuando un día se puso nervioso y reventó una ventana de la clase provocando una casi lipotimia del profesor de catalán.
Los unos son esa gente que se la dan de triunfadores por tener unos coches grandes y potentes con manos libres porque no pueden desconectar ni un segundo, llevar corbata y ver a sus niños siempre dormidos porque se van antes de que se levanten y llegan cuando están acostados.
Los otros son como ese repartidor de correo del ayuntamiento que el día de la cursa llegaba esprintando cuando la carrera llevaba más de una hora y diez minutos en marcha. Este señor que te da los buenos días y las gracias cuando le aguantas la puerta quizá sea mucho más dichoso con sus 500 o 600 € de lo que puedan ser algunos ejecutivos forrados de dinero. Y lo que es más, quizá le ponen más empeño a sus repartos de cartas y disfrutan de su labor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

Anónimo dijo...

Hostiamor:
te están quedado unas reflexiones de lo más profundas estos días, cosa que realmente está muy bien, y ya llevas dos días poniéndome al borde de la lagrimilla, aunque cueste admitirlo (pero yo soy llorona, qué le vamos a hacer, tampoco es para avergonzarse...) Y lo dejo aquí, que no quiero ponerme cursi...

hostiamor dijo...

Ahí las pelotas del comentario del anónimo. Eso sí que es profundidad!

Anónimo dijo...

Mmmmmmeeeeeeeccccccc !!!! Error!!!!

El otro era Pablo LOPEZ, ¿no?
No hará mucho lo vi... Me da un poco de lástima. Pobre chaval.

hostiamor dijo...

Es cierto, era Pablo López! Mira que lo estuve pensando y no me salía.
Y recordar perfectamente el nombre de Enrique Hernando Borrayo!