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lunes, 1 de octubre de 2007

Reina la paz

Para acabar la trilogía de la serie de actos festivos que ha tenido lugar en el municipio no puedo menos que constatar la tranquilidad y el silencio que se respiran sin tener que escuchar a los inagotables trabajadores de las tómbolas. Esto me lleva a la pregunta de ¿qué se busca al comprar boletos en esas atracciones o lo que sean? ¿que te toque un Winnie the Pooh de metro y medio? ¿una pelota que no cabe por la puerta? ¿una POP station? ¿una barra de pan que debe ser de toda confianza porque a lo mejor ha visitado las fiestas mayores de seis o siete pueblos? ¿una paletilla que probablemente esté más dura que la p...a de un novio como diría mi cuñao? No puedo llegar a comprenderlo.
Ah, y qué decir de los entrañables boletos regalo. Van tres y sacan dos de una cesta donde sólo hay naipes mierdosos y un tercero que es compra 10 euros y te regalamos otros 10. De todas maneras este regalo debe tener un efecto hipnótico (como el mismísimo Magín el Mago o Carles Cabré contando su última adquisición por ebay) porque cada año acabas yendo a la cestilla de marras a que te hagan el juego de manos in your face.
Desde estas líneas aprovecho también para dar gracias por el hecho de que no haya habido demasiado excesos de "Decibelios" (vamos ni de Kortatu, la polla records, ...) durante la noche a diferencia de lo que pasaba otros años.
Menos mal que mañana hay fútbol porque si sigue así la tele me veo alguna noche durmiendo antes de las diez.

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