Hoy ha aparecido en la tele una batalla campal entre dos facciones rivales.
Lo novedoso del caso es que el sarao se ha formado en un partido de tenis en el Open de Australia que enfrentaba a un serbio y a un bosnio.
Bueno, para ser exactos diremos que era fuera del estadio y que el bosnio de hecho es estadounidense de origen bosnio.
Esto demuestra que para hacer el subnormal (o para serlo full time) no es necesario ir al fútbol y que se puede practicar en cualquier evento más o menos público.
Como ejemplos, puedes exhibir una pistola en una manifestación, puedes instalar micrófonos en oficinas de compañeros de partido, puedes matar a una persona por un aparcamiento, apuñalar a tu pareja en la calle y un sinfín de ejemplos igual de didácticos.
El grupo de los radicales del Bulldog -a los cuales no vicularé a mi querido club- gastó el miércoles la inocentada de decir que tenían localidades para el derby obligando a los Saura Boys a destinar una dotación de unas diecisiete furgonas alias lecheras para encargarse de la seguridad y en el presunto lugar de reunión no había ni cristo.
Suerte que para sufragar estos gastos en forma de horas extraordinarias, siempre nos quedarán las multas.
Y no quería ahondar más en el tema pero es que no dejan de pincharme.
Siguen insistiendo jugadores, cuerpo técnico e incluso algunos medios de comunicación que el Espanyol después del festival de fútbol contra el Barça está en franca mejoría.
Dejadme que lo dude. Dieron todo lo que tenían contra un equipo que iba como mucho en tercera marcha y sin revolucionar para acabar empatando a cero.
Ya acerté (por si alguien no se ha dado cuenta) que Pochettino iba a sacar el equipo "de gala". A ver si también lo clavo en que lo pagarán en Valladolid.
viernes, 23 de enero de 2009
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