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domingo, 8 de febrero de 2009

Mitja marató de Barcelona y más allá

Fría mañana para empezar la tirada previa a la media aproximadamente a las 8. Ni te cuento la rasca que hacía a las 7 al ir a coger el metro.
Y durante el transcurso de la carrera en sí, condiciones meteorológicas excelentes para un tiempo final de 1 h 40' 53" entrando en un disputado esprint junto a Nicodemo después de haber hecho todo el recorrido juntos.
Se ha probado una vez más que hablando (e incluso escuchando) el correr se hace muchísimo más llevadero.
Seguro que a más de uno nos vienen a la cabeza personas a las que les gusta hablar pero que se conforman simplemente con oírse a ellos mismos/as.
Y ojo, que el fútbol sólo lo hemos tocado de refilón y con la macroeconomía ni nos hemos puesto. O sea, que tenemos cháchara para hacer varios ironmans seguidos.
Encima, como ya sabe de dónde provengo, me ahorro de explicar de qué trabajo y aún más importante, de oír a otra persona decir lo interesante que debe ser mi trabajo.
La próxima tertulia si no pasa nada, será el día D del 1 de Marzo.
Poco más digno de mención aparte del típico caos en el guardarropa y que tengo unas sensaciones magníficas en las piernas. No como si no hubiese corrido pero más que satisfecho de la ausencia de dolores tras los 28 kilómetros mencionados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi que repites la Marató, con un par!! He visto que pasan por al lado de mi casa (km 15 maomeno). A ver si puedo ir a verte como sufres aunque no creo que en el km 15 estes todavia sufriendo!!

Salud
David

Oscar Sánchez dijo...

Un placer la carrera de ayer y confiemos en que en la próxima cita podamos repetir la tertulia y aumentarla alrededor de una horita y media más como mínimo: será MUY buena señal...

hostiamor dijo...

Si en el 15 voy cascado, más vale que me recojas y vayamos a tomar unos churritos.
Je, je. A ver si es verdad que bajas que cualquier ánimo es positivo y motivador.

Y a Nicodemo: a ver si entre los dos conseguimos tirar de las riendas para ir tranquilitos y como decía el Butano: que la carretera dicte su ley.