Renovaciones

A pesar de que se me pueda acusar de herejía por los pensamientos que expresaré, creo que igual que a Messi se le revisa al alza el contrato cada tres partidos buenos, quizá habría que volver a modificarlo cuando encadene una serie de malas actuaciones.
Pongo sólo su ejemplo porque es el único que de promedio va saliendo a más de un contrato por año igual que pasaba con Ronaldinho.
¿Cuál es la consecuencia histórica de esta forma de manejar las firmas?
Pues que hay un momento en el que te quieres deshacer del astro en cuestión y resulta que tiene unos emolumentos estratosféricos y una duración de siete u ocho años.
Salvo en la venta de Ronaldinho al gerontoMilan acabas dándole la carta de libertad al futbolista y si te he visto no me acuerdo.
Y Márquez que pide un nuevo contrato por tres años. Debe ser que tanto él como su agente se han pasado con las dosis de peyote para acceder al mundo de los espíritus. Ni tres ni ninguno. Cuando acabe en junio, que se pire que no está para jugar aquí.
En cambio a Puyol, contrato en blanco. Eso sí, nada de garantizar que va a ser titular indiscutible como por ahí se filtra malintencionadamente. Con su capacidad para jugar de central y lateral, nunca tendrá problemas para acabar disputando más de treinta partidos por temporada mientras el físico le responda.
Pero el caso más llamativo del fútbol de por aquí es el de Raúl Tamudo. El jugador más importante de la historia del Espanyol va a acabar siendo despedido como un perro después de haber sido degradado hasta de su posición en la capitanía del equipo.
No tengo ni idea -ni me interesa- de lo que se cuece en el interior de esa entidad -ni de ninguna- pero hay que cuidar las formas un poquito que no cuesta nada.

El partido de ayer, lo resumo con un uno por uno rápido:
Valdés: lento de reflejos, Alves: atolondrado, Piqué: correcto, Márquez: lamentable, Abidal: aceptable, Touré: el mejor. Poderosísimo, Xavi: atado, Iniesta: fatal, Pedro: voluntarioso y poco más, Zlatan: incisivo. Bien, Messi: ná de ná.