Treintaytantos

Aproveché ayer que debía haber un partido de homenaje entre los veteranos del Milan y el Madrid para hacer de ojeador del equipo blanco ya que normalmente no los veo debido a la superioridad manifiesta en relación a sus rivales.

Bueno, de hecho la misma superioridad que demostraron ayer salvo en un ratito en que recibieron los dos goles del abuelo Inzaghi.

Y eso que un trozo no lo pude ver al principio porque estaba cenando pero por el grado de euforia de Hipólito Rincón (lo cual no es un dato para nada fiable) parecía que les entregaban ayer mismo la copa orejuda.

De todos modos, la conclusión que saco es que nos vamos a encontrar a un rival formidable a finales de mes y un entrenador no menos formidable.

Voy a ir destacando nombres que se me vayan ocurriendo porque hay mucha tela que cortar.

El primero equivale a entonar un mea culpa. Incluso la gente que sabemos tantísimo de furgo nos podemos equivocar y yo tenía serias dudas de Di María pero los ratos que lo he visto me parece un jugador fantástico. Rapidísimo, muy desequilibrante, con gol y buena visión para asistir.

Del equipo milanista prácticamente podríamos destacarlos a todos pero en lo negativo.

El percusionista que se arrastra con su número 80, el eterno portero suplente que no las huele, el Zambrotta que se retiró cuando vino al Barça, Nesta que es un Maldini low cost, Pato que parecía con 17 años que iba para crack y dejó de jugar con 20 o 21 y así un largo etcétera.

Hagamos mención especial al taekwondeka sueco. Mucho ensalza cómo es su juego actualmente en el equipo de Allegri pero la verdad es que es otra alma en pena pululando por los terrenos de juego.

En el empate a uno, después de fallo garrafal de Pepe, mete un centro lamentable que sólo las manos de mantequilla de Casillas convierten en una asistencia para que aparezca un delantero centro puro como es el Pipo para empujarla de cabeza.

Y en la jugada del empate a dos el que me parece que está soberbio es el defenestrado Benzema metiendo un balón de oro a Pedro León que remata fuerte y regular para que el portero rossonero siga con su cena particular.

A mí, el francés al que se acusa de tener una vida disoluta, me parece que tiene unos movimientos similares al Ronaldo bueno. Ahora, cuando la cabeza no acompaña poco se puede hacer a pesar de tener los cimientos con los que construir un muy buen jugador.

La pena que me da el ver equipos históricos así es el asumir que no sólo se impone la dictadura de Barça y Madrid a nivel doméstico sino que si no cambian las cosas, a nivel europeo nos vamos a encontrar con Chelsea, Inter y los dos mentados conformando las semis de la Champions.