Inexpugnable

Debiera en buena lógica hablar hoy del merecido Balón de Oro de Leo Messi y de la victoria del Barça en Riazor.
Lo primero me lo ventilo felicitando al increíble jugador de Rosario y planteando la pregunta de qué debe hacer un jugador español para obtener ese galardón. Estoy haciendo referencia a Xavi el que siempre ha gustado a todos.
El partido de ayer es de esos que habiendo dado un recital, amenaza con irse de las manos por un par de errores absurdos.

Vamos ya al lío.
Decían al empezar la temporada o mejor dicho un poco de antes y coincidiendo con la presentación del Nou Sarrià que esa bombonera debía ser el fortín en el cual se iba a parapetar el Espanyol para amarrar miles de puntos en casa y así no pasar penurias.
Pues hoy llega el Racing que sólo había ganado un partido y les endosa un 0-4 que hace saltar las alarmas y que Dani el de los berberechos amenace (una vez más) con vender sus acciones e irse para su casa.
Esta mañana antes de la Mitja marató de Mataró (toma trabalenguas)bromeábamos con que los nervios de Michael (amigo de mi nuevo amigo y compañero de carreras Oscar) quizá eran más producto del partido de los pericos por la tarde que de los 21.097 metros del ala.
No creo que ni en la más osada de las bromas hubiésemos llegado a vaticinar un descalabro de la magnitud que se ha dado en Cornellà-El Prat.
Y ya que mencionamos la matinal atlética, diré que tras una semanita de descanso por una sobrecarga en los gemelos y el temor a que me pegase un trallazo que me hiciese retirarme, las sensaciones han sido buenas y aún mejor las bolsitas con regalos que han hecho que casi no llegue al coche.
También quiero destacar el hachazo demoledor en el kilómetro 8 del mencionado Oscar para acabar sacándome unos pírricos treinta segundos. Yo creo que ha demarrado para no soportar mi conversación.
Ah, y encima se ha apuntado en el grupo M2 que si no me equivoco es para corredores hasta treinta años. ¡Qué mala es la edad!
Y aunque sé que me tragaré estas palabras aunque sean escritas, enésima victoria consecutiva en la distancia a mi otro amigo Álex. Debo reconocer que en gran parte se debe a que no entrena. Je, je. Suerte que no lee el blog.