¿Juntos podemos?

Estos días en los que nos estamos preparando para jugar a la ruleta rusa contra el Inter, me soprende la llamada a las armas para intentar conseguir una remontada histórica.
Bueno, me sorprenden las formas más propias de un club anclado en la meseta que de nosotros. El forzar la situación impostando algo que no sale de forma natural puede quedar como un parche y aunque el entorno blanco nos metió el miedo en el cuerpo tras palmar 6-1 en eliminatoria copera contra el Zaragoza y dejar la remontada a tocar, repito que al Barça le falta experiencia en esas lides.
Lo primero que debería constar es que aquí ya le ha dado la vuelta a resultados adversos sin que nadie haya tenido que convocar a las masas y sin que existiese el Facebook.
Y no sólo en Europa donde se da por seguro que el lleno está asegurado sino incluso en media parte de un partido de copa donde Vítor Baía estaba empeñado en que Pantic fuese Balón de Oro y Pizzi tuvo que sacar las castañas del fuego la noche del Sós macanudo, qué bueno que viniste del Puyal.
Digo que me choca a pesar de que como es mi costumbre acudiré a la cita a l'Estadi, como es habitual lo haré con tiempo de sobras y como es natural, lo haré con mi camiseta del Barça si es que el tiempo lo permite.
Pulutant, no sé si es necesaria o pertinente la maniobra de caldear al personal aunque desde luego, daño no hará.
Eso sí, os puedo garantizar y os garantizo, que en el caso de que marquen ellos primero, ni rugido ensordecedor ni hostias, silencio sepulcral y a esperar el descabello.
Y si el portugués aquél que lució nuestro brazalete de capitán para luego venderse al oro de Florentino tiene pelotas, que venga. Y si es tan chulo como dice, que se meta en el banquillo como hizo en el encuentro de ida y que vuelvan a volar las cabezas de cochinillo.