Estos días en los que está de moda el transporte por carretera y donde incluso los semidioses de la directiva del Barça se han tenido que desplazar en flagoneta, supongo que aprovechará Mourinho para homenajear la situación y utilizar la táctica de plantar el autocar delante de su portería.
Leía con admiración un titular del Marca que rezaba algo así como que la táctica buena para frenar al Barça era la de Pochettino.
Como casi todo lo que escribe ese diario (y casi todos los deportivos) me parece una estupidez y no he entrado a leerlo. Intuyo que se referirá a que para frenar a los de Guardiola hace falta una extraordinaria concentración, magnífica intensidad, gloriosa actitud, una pizca de marrullería y patadas. Con eso y teniendo en cuenta que un equipo lamentable como el Espanyol consiguió maniatar al campeón de Europa a la espera de revalidar el título pues parece una buena receta.
Pero creo que le falta algo. ¿Y el balón? ¿Y el marcar goles? Claro que eso a la gran mayoría de equipos mundiales no les interesa.
Si te sales del Barça y la selección española, el resto del planeta futbolístico se conforma con estar agazapado y si en un córner o una falta sacas petróleo pues cojonudo y si no pues que sea lo que Dios quiera.
Y ya que hemos mencionado al equipo de Sánchez Llibre, me gustaría resaltar (aunque me pese) la especie de orgullo perico que ha brotado hace unos años.
Antes, no se veía a nadie con una camiseta o una pegatina en el coche de los blanquiazules y de un tiempo a esta parte es como si hubiesen salido del armario o mejor dicho de la jaula.
Enhorabuena para ellos y que el año que viene para su satisfacción, nos ganen los dos partidos y ni uno más en toda la liga. Y al final de ese curso, me planto yo solo si es necesario en Canaletas.
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