.

.

jueves, 19 de mayo de 2011

Las entradas

No es que hoy toca hablar de alopecias incipientes sino que aprovecharemos la entrada para hablar de las entradas y valga la redundancia.
Si en los tiempos en los que no era de los afortunados en el sorteo me quejaba del mamoneo para conseguir un ticket para asistir a las finales de fútbol, ahora que los hados me son propicios, debo mantener el criterio y así lo haré que dinero no tendremos pero el criterio hay que conservarlo hasta que alguien te demuestre que estás equivocado.
Resulta que en plena época de crisis, las peticiones de localidad se han disparado hasta un registro histórico.
Por suerte, en esta ocasión, los tramposos han tenido la dificultad de no poderse hacer socios para entrar en el sorteo y acabar la vinculación con el club al acabar el año natural.
Eso ya se hubiese podido evitar hace unos años simplemente con haber instaurado un período de carencia para acceder a la lotería.
El caso es que como las cosas están tan mal, mucha gente ve en la reventa un poderoso incentivo al cual es difícil resistirse.
Realmente, quien esté en dificultades y reciba mil euritos extra, pues bienvenidos sean. Ni comparto ni respeto esa actitud pero puedo llegar a tolerarla.
Lo que no puedo tolerar son excusas como las que he oído hoy en primera persona. Que si tengo problemas familiares, que si ya no hay vuelos (haber espabilado), que si es mucho dinero (y estás podrido de pasta) y la mejor de todas ... ¿y si vas y luego pierden?
Nos ha jodido. En una final juegan dos equipos a los cuales les gustaría volver como campeón pero indefectiblemente a lo largo de la historia y no sé por qué extraña razón resulta que siempre hay uno que acaba venciendo y ve volar confetti de sus colores mientras que otra escuadra sale derrotada.
Y si no, lo de las peñas. Si algún día soy presidente del club, las peñas recibirán un total de cero entradas para cualesquiera evento al que se llegue. El que sea socio (del club) que eche la solicitud como todo el mundo y que la suerte le acompañe.
Ayer me contaban el caso de una peña a la que le tocan cuatro entradas y el presidente las reparte de un modo harto equitativo. Una para él, otra para la mujer, otra para la hija y otra más para toda la peña.

No hay comentarios: