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jueves, 20 de octubre de 2011

Saca la mano

Menudos sucesos los que han convulsionado hoy el mundo.
Como no tenemos el suficiente nivel (bueno, sería más correcto decir tengo pero como Jorge Lorenzo siempre habla en plural, se me ha pegado) pasaremos de puntillas que una cosa es decir las cosas de palabra y que se las lleve el viento y otra muy distinta dejarlas registradas.
Por si alguien no se ha enterado, ETA ha anunciado el cese definitivo de la violencia.
Magnífica noticia sin más. Ya se encargarán otros de darle matices de si esto se produce por su debilitamiento y gracias al acoso de la policía, si pasa porque han visto la luz y se han hecho mejores personas o qué es lo que ha pasado. Como en todos los temas, que cada cual arrime el ascua a su sardina.
También hemos conocido hoy la muerte de Gadafi. Lo lee uno tranquilamente en su ordenador o lo escucha en la radio y piensa que habrá sido combatiendo o puede que ni siquiera le dedique un segundo pensamiento. Otro tirano que ha muerto y a seguir con lo que estábamos haciendo.
Pero como ahora todo se graba, hemos podido asistir al linchamiento y últimos momentos de vida del dictador. Espectáculo harto desagradable y deleznable. El pensamiento que ha cruzado mi mente es cuántos de los justicieros no llevarían postalitas con la efigie del líder libio hasta hace unas semanas y serían firmes defensores del régimen ahora conocido como del terror y amigo de occidente hace unos meses.
Como ya hemos asumido que mentes más brillantes se encargarán de analizar los hechos y si la pistola de oro del coronel era de 18 o 24 kilates y que reportará un buen dinero en los chiringuitos de los usureros esos del compro oro, vamos al tema que realmente nos ocupa y nos preocupa: No le hagáis ni puto caso a los meteorólogos.
No sé cuántas equivocaciones llevan al anunciar borrascas lluvias y yo venga a hacerles caso provocando grandes pérdidas en el sector de la hostelería al hacer que quien me escucha entre en pánico y cancele su estancia.
Me voy ayer para el fútbol con mi chubasquero batmaniano en la mochila y por no llover, no llovieron ni goles.
Cómo añoro que no fuese el Manchester City quien nos tocase en la fase de grupos para tener otro partido interesante o al menos poder ver a jugadores conocidos porque partidos como el de ayer son para echarse a llorar.
O sea, que para saber el tiempo que hace, sacad la mano por la ventana y si cuando la volvéis a introducir está mojada, coged paraguas si no, tan campantes.
Bueno, si la humedad es como viscosa, podéis repetir el experimento porque quizá se os haya cagado una gaviota.

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