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viernes, 26 de diciembre de 2008

La ex-amistad

En estos tiempos de invitaciones vía redes sociales -léase Facebook- a unirse como amigo a miles de personas a las que no conocemos o hemos perdido el rastro hace unos cuantos lustros a mí me asaltan unas dudas inquietantes.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar sin tener noticias de alguien considerado amigo para que deje de serlo?
¿Esta ruptura tiene que ser por algún hecho traumático o se puede aplicar por dejación de funciones?
¿Una relación puede quedar en suspenso como si fuese en excedencia y después retomarse sin más?
Todo ello desde el punto de vista de quien considera como amigos a un grupo "selecto" de indivuos y después a un grupo enorme de conocidos que se estructuran en infinidad de niveles en función de la simpatía que generan.

Otro hecho inquietante.
Vi la otra tarde en el magacín ése de telecinco que presenta el calvo, una señora que había enviudado hace poco y pedía ayuda porque no podía sacar a los tres hijos adelante.
Partamos de que la situación es dramática. Cierto. Pero es que los tres mozalbetes que convivían con la señora y habían vivido de la pensión del difunto rondaban o pasaban claramente de los cuarenta tacos.
¿No han pensado nunca en ponerse a currar?

Y por fin, aunque ya hace un par de meses que me adelanté a casi todo el mundo para felicitaros las fiestas, aprovecho para hacerlo de nuevo en nombre de los adoradores de las Neules y Churros de chocolate y seguidores del Mesías Nutella.
Que cada uno celebre Navidad, Hanukkah, Ramadán, Botellón o lo que más le guste y sed felices.

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