Un diez a la actitud del equipo de Van Gaal en el partido de anoche contra el Lyon.
Tras el enésimo (superado ya el chiste del ex-entrenador vallisoletano) cortocircuito de Ribéry que le costó la expulsión y probablemente incluso la presencia en una posible final en una acción abominable del jugador y encomiable por parte del árbitro, el Bayern de Munich se sobrepuso y siguió dominando el encuentro e incluso poniendo cerco a la portería francesa hasta que llegó la justa recompensa en forma del gol de Robben a falta de veinte minutos para la conclusión.
Bueno, lo de gol de Robben es un decir ya que aunque lo hace todo él, la pelota acaba siendo desviada mínimamente por el colodrillo de su compañero Müller.
Como la UEFA el fair play y las mandangas se las pasa por el forro y en vista que un gol del 10 -que no quiso Florentino a pesar de que hace un año era mejor que Messi- viste mucho más que uno del 25, pues se lo adjudican al holandés y aquí paz y después gloria.
Lo del Olympique tiene su guasa. Hace unos años que jugaban como los ángeles no pasaban nunca de los octavos.
Ahora que practican un juego más táctico se han plantado en semis pero no han sido capaces de desencorsetarse e ir a por el pase a lo que sí hace historia que es jugar una final de la gran competición de clubes.
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1 comentario:
Lo mejor que nunca le he visto a Van Gaal fue coger por el pescuezo a Robben -cuando lo había cambiado y éste renegaba en arameo- y cantarle las cuarenta por protestar el cambio. El ex merengue se la tuvo que envainar sí o sí.
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