Invasión de pista

Debemos remontarnos hasta julio del año 2006 en una especie de flashback ya que por desgracia para todos aún no había visto la luz este blog.
En ese momento se produjo no una invasión de pista del tipo la que hacían en los tiempos del Aris de Salónica o la ya mítica invasión del Camp Nou con el gol de tijera de Rivaldo que simplemente nos clasificaba para la champions de la temporada siguiente sino de una pista de aterrizaje y/o de despegue en el aeropuerto de Barcelona.
En mi memoria quedan sobre todo las imágenes de cientos de personas hacinadas en los vestíbulos del aeropuerto mientras contingentes de voluntarios de Cruz Roja iban repartiendo agua y bocadillos.
Situaciones impresentables como la de tener bebés unos días en condiciones infrahumanas por un conflicto laboral son de una crudeza que cuestan de eliminar de la mente.
Pues el caso es que con el tiempo pasa un poco lo que decía John Toshack que pensaba después de una derrota y que era más o menos: Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones.
O sea, que en caliente todo se ve como muy tremendo y luego la rauxa va cediendo y dejando paso al seny o directamente al tantsemenfotisme.
Pero claro, en un caso tan extremo y a pesar de que en un momento dado las partes enfrentadas en lo laboral llegaron a una especie de pacto de no agresión y de pelillos a la mar, la justicia tiene que seguir con sus procedimientos penales y parece ser que a más de uno se le va a caer el pelo pero bien.
Varias de las situaciones que se produjeron pusieron claramente en peligro la seguridad de los aviones que estaban en el aire y de los que estaban en tierra, dejaron varias horas retenidos a pasajeros dentro de sus aviones y no sé cuántas más barrabasadas.
Pues ahora, que asuman las consecuencias. Y suerte tienen que en esa época no estaba el sheriff Pepiño que si no, los desaloja a hostias.