Onésimo entrenador cesado

N del E: la gracia (o falta de ella) en el título de la entrada estriba en la comparación entre el apellido de uno de los peores entrenadores estadísticamente hablando de la historia de la primera división y la palabra enésimo o n-ésimo como designador del orden n, indeterminado, de una serie.

Una vez aclarado esto y como sabéis que el tema de los entrenadores defenestrados me apasiona y el caso que nos ocupa aún más, vamos con un ejercicio de dialéctica.
Si acostumbro a decir que el que se carga a un entrenador ya va mal, el que se carga a dos siempre está condenado ... ¿siempre? Pues no, que ya demostró el año pasado Pochettino que los milagros deportivos existen. Creo que tienen aún menos probabilidades los pucelanos de salvar la categoría de las que tenían los periquitos que rondaban el cero por ciento.
¿Y ahora a quién pondrán? ¿A Mendilíbar de nuevo? Con un equipo descompuesto, con jugadores que dicen que fuman en el vestuario y que se van de fiesta sin complejos, con defensas que se encaran con el público, ...
Ya hace unas cuantas semanas (10 o 12 jornadas) que mi amigo Tony me dijo que el Valladolid era carne de segunda. Minipunto para él.
Para seguir con el debate, podemos mirar a la Segunda División para encontrar los casos del Girona que decidió fulminar a Cristóbal a las primeras de cambio y les ha funcionado muy bien y al Nàstic que cambiando a Ferrando por Luis César no ha conseguido nada positivo ans al contrari.

Y mañana, no sufráis por mí (ni por vosotros) que ganaremos fácil. Si alguien quiere sacar dinerito de una porra que apueste por el 5-1 o 5-2.
No consigo acabar de cuadrar el resultado porque dependiendo si juega el Káiser de Michoacán más o menos minutos, los goles encajados serán directamente proporcionales.
La pitada que tenía reservada para Cesc creo que irá mañana dirigida al mexicano.