El hijo de la chingada y el Son of a bitch

Bloody Sunday futbolístico el que nos tocó vivir ayer en el Mundial de Sudáfrica.
Dos arbitrajes calamitosos con sendas acciones que podrían haber sido juzgadas por miembros de la ONCE dieron el pase a Alemania y Argentina para cuartos de final.
Tenemos a priori mucho miedo de los arbitrajes procedentes del tercer mundo futbolístico. Pero es que ayer los que estuvieron sembrados son un uruguayo (después de la gloriosa clasificación a la siguiente ronda, un colegiado les hace este feo) y un italiano (menudo añito para el colectivo transalpino) al que le van dando hasta finales de Champions.
Ahora ya se ha montado el debate de si hay que recurrir a las tecnologías o no. ¡Pero qué tecnologías!
Si Fabio Capello desde el banquillo que es probablemente la peor ubicación del mundo para ver una línea de fondo vio que el pepinazo de Frank Lampard entraba clarísimamente como así fue.
En todo caso, y como pasó en la cagada que daba por bueno el primer gol de Tévez para Argentina, lo más sencillo es que el pocafeina del cuarto árbitro esté viendo la retransmisión en los vídeomarcadores, llame discretamente al árbitro y le diga que el Apache estaba él solito en boca de gol.
Podemos estar de acuerdo (o no) en que el resultado final no hubiese variado. En el caso del enfrentamiento entre Inglaterra y Alemania, los germanos les dieron un auténtico recital pero nunca sabremos lo que hubiera pasado con unos británicos envalentados tras igualar el 2-0 inicial.
En el descanso, y como estaba viendo una retransmisión de la BBC, Gary Lineker y Alan Shearer tras alucinar con el gol fantasma, reconocían que aun así lo justo hubiera sido ir perdiendo por tres o cuatro goles de diferencia.
Como hace semanas e incluso meses que no lo menciono, refresco el asco que le tengo a Sergio Ramos. Ayer en la playa no podía quitar la vista de una portada del AS en la que en apuesto jugador de la cintilla en el pelo desafiaba a su compañero CR9/7 diciéndole que lo tendrán crudo los portugueses.
En el fondo estoy totalmente de acuerdo ya que el luso seguirá emperrado en su lucimiento personal en detrimento del grupo.
Ganará España bien.