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domingo, 7 de marzo de 2010

Marató de Barcelona. Episodio III

Ya tenemos otra medallita que colgar en el corcho detrás del ordenador.
Con esta entrada concluímos el ciclo dedicado a la prueba reina del atletismo y pasaremos a centrarnos en otras historias.
Primero de todo, quería darle las gracias al tiempo por haber aguantado hasta esta tarde las lluvias y nieves que tenía pensado enviarnos. El asunto ya tiene bastante tela como para hacerlo aún más dantesco.
Así, a las 8'30 el día se presentaba radiante aunque no ha tardado demasiado en nublarse dejando una mañana aún más perfecta para la práctica deportiva.
Os hablaré sucintamente de mis sensaciones. No os preocupéis que no voy a soltar un rollo de esos donde se desgrana el sufrimiento kilómetro a kilómetro.
Básicamente, el tema se puede resumir en que como ya suponía, el organismo no iba a estar para grandes alardes. Había pronosticado 3h 37' y como soy hombre de palabra, pues eso es lo que he hecho.
Pero lo cierto es que entre el km 32 y el 38 he tenido sensaciones de que me iba a caer una minutada. Entonces, en el 38 y coincidiendo con la Catedral y el avituallamiento y los ánimos de los compañeros de Corredors.cat, he tenido una especie de revifada que me ha llevado con unas sensaciones mucho más agradables hasta la línea de meta.
Voy a decir que como el Santo Padre tiene que venir a Barcelona, he pensado en él y ha sido lo que me ha dado fuerzas para continuar. Hombre, habrá que ir asignándole ya algún milagrito a ese hombre.
Decir que todos los que hemos terminado somos ganadores, tendría parte de verdad pero como también suena tremendamente a lo que se dicen en Gran Hermano, lo vamos a omitir.
Y si no, que se lo digan a quien después de meses de duro entrenamiento no ha podido dar lo mejor de sí mismo por algún problema de cualquier tipo.
Ayer, sin ir más lejos leí en un foro que a un corredor le había pegado un viaje la lumbalgia a tan sólo un día para la maratón. Huelga decir que no ha sido de la partida.
Me gustaría profundamente poder conectar vía USB mi maltrecho cerebro para que pudiéseis compartir las sensaciones que provoca el verse a tocar del objetivo final. Bueno, eso lo compartiría con vosotros, amigos, que me caéis todos bien.
A quien no soporto, le enviaría una buena dosis de esos kms interminables transitando por el litoral de Barcelona, Ciutadella, Plaça de Catalunya, ...
¿Y ahora qué? Pues reitero el dicho aquel de Toshack adaptándolo al correr. En los kms malos pensaba: no vuelvo a correr en mi puta vida. Ahora por la tarde ya veo que alguna carrerita seguiremos haciendo. A mediados de semana seguro que ya estamos planificando la del año que viene.

4 comentarios:

neus dijo...

Muchas felicidades!!!!
La verdad es que ir como espectadora a la Marató es un lujazo, muy, muy emocionante...Así que correrla, supongo que mucho más. Ayer había un corredor, llegando ya a pl. Espanya, al que se le caían las lágrimas por la emoción de llegar...Unos pucheros que hacía, el hombre!!!! No quiero burlarme, de verdad, fue para poner la carne de gallina...Como ese otro que llegó con muletas, a las cinco horas de carrera....
Así que felicidades de nuevo!!!
La verdad es que fue un día redondo: Marató por la mañana, y entrega de Oscar por la noche...¿se puede pedir más?

neus dijo...

¿Por qué pone 0 comentarios y luego sí que recoge el mío????

Sergio B92 dijo...

Grande David...
Yo si he desgranado mi sufrimiento... pero me gusta la épica...
He tardado dos maratones en comprender cual debe ser mi sentir en esta prueba...
Como tu dices en breve planificaremos la siguiente.

Sobrevalorado dijo...

Enhorabuena, es usted un fiera.