Como los tiros libres

¿Os acordáis cuando en el baloncesto existía la figura del 1+1?
Para refrescar por si hay algún despistado, a alguien no le interesa lo más mínimo el mundo de la canasta o ya no tenemos las suficientes neuronas para retener datos, explicaremos que esa figura consistía en que el lanzador sólo podía tirar un segundo tiro libre en caso de encestar el primero.
Es decir, si fallabas el primero, te quedabas con un cerote, si anotabas el primero y fallabas el segundo conseguías un punto y en caso de acertar con los dos, eran dos puntos los que subían al marcador.
Pues parece que esa es la filosofía que quiere seguir Pep Guardiola en lo que respecta a sus contratos.
Obviamente lo más cómodo sería firmar muchos años y luego si te quieren echar, que lo hagan soltándote una morterada como la que se ha llevado Joan Oliver con su contrato blindado.
Lo malo del tipo de contrato por un único año y conociendo la maquinaria mediática que sobrevuela al Barça es que dentro de cinco o seis meses ya estaremos con las preguntas de por qué no renueva y volviendo a entrar en pánico.
Ya hay quien dice si es que no ha habido buen entendimiento con la directiva, con que si al darse la mano con el presidente no estaba ilusionado y demás cábalas que no conducen a ningún sitio.
De todas formas, los contratos largos de entrenadores no significan nada ya que si cualquier de las dos partes quiere unilateralmente romper el acuerdo, lo va a acabar haciendo sea por las buenas o por las malas.